Partido feo en Lisboa... a cara de perro... en el que solo una jugada aislada de un crack puede marcar la diferencia. Y ahí ha aparecido el Niño, haciendo un cambio de ritmo tremendo pegado a banda, dejando atrás a su marcador, y plantándose en el área con la suficiencia de tener tiempo mas que de sobra para poner un pase milimétrico, levantándo ligeramente la pelota para salvar a los defensores lisboetas que fueron al suelo para tapar el pase y asistiendo a un Kalou que solo tuvo que empujarla a la red...
Grande Niño, muy grande, venga, gana la Champions y vuelve para casa.