Apreciado Kanon: Pues si entramos en el tema sentimental (contra el que últimamente intento luchar), tengo la batalla perdida. Hablas de los alumnos, y resulta que tengo dos nietos en Madrid con el corazón rojiblanco. Pienso en su llegada al colegio, cuando el Atleti da una imagen como la de ayer. Cuando pierden inmerecidamente (los robos contra el Madrid y poco más), no tengo fuerzas para llamarlos e intentar animarles. Si ganan hablo con ellos y compartimos alegrías. Mi nietecita que es una niña especial y fuerte, en cierta ocasión en que pregunto un profesor!!! de que equipo eran, ella no tuvo fuerzas para decir que era Atlética (fue una excepción, porque siempre hace gala de ello). Además, tengo a mi hijo y sobrinos ya mayorcitos, que antes me preocupaban en este sentido, hasta que me pregunté: "¿Y a mí quien me consuela tras esas derrotas vergonzantes?". Ayer, tras el vergonzante espectáculo que viví en el Sardinero, como si fuera un niño, me vinieron a mi mente por adelantado los comentarios de los compañeros de trabajo y amigos del futbito... El pelo me lo toman hasta cierto punto, y hasta que mi carácter rojiblanco sale a relucir. Pero sus comentarios han ido sobre todo, comentando el bochornoso espectáculo ofrecido; en como un ATLETICO DE MADRID puede tener esa banda de jugadores; en la apatía de la inmensa mayoría, que se desprendían del balón y se quedaban parados... Daba esa impresión que muestran los jogadores cuando quieren echar a un entrenador. Se salvaron Ugfalusi (un extranjero) por su casta; el Kun (siempre marcado por dos o tres contarios, y sin que ningún compañero se acercara a apoyarle)como siempre y parcialmente M. Suárez y Tiago. Reyes (extraordinaria su clase), como siempre, haciendo la guerra por su cuenta, hasta que pierde el balón, por la misma razón que con el Kun: nadie le sigue para hacer apoyos, paredes...A De Gea ya le he dado bastantes oprtunidades: no sale de la portería nunca, se traga goles a porrillo (seriamente digo si además de la miopía, pueda tener algún otro defecto en la vista?). Ayer, en la internada que Domínguez no supo cortar al nórdico, en lugar de tapar SU palo derecho, porque el racinguista iba escoradísimo hacia la izquierda del ataque, dejó un agujero inmenso entre él y el palo, por donde se coló el balón (no podría ir por otro sitio). No creo equivocarme al manifesatr que no es portero para el Atléti.
Si las cosas no cambian, al año que viene no acudiré a Los Campos. ¡Como sufrí allí, rodeado de racinguistas, sin poder defender con razones a mi equipo!.