Un solo Simeone, demasiados Milinkos
ALBERTO R. BARBERO
R: [...] Hay mucho juego sucio y por eso yo me alegro tanto de los éxitos de Zidane.
P: ¿Y de los de Simeone?
R: Bueno, ésta es una pregunta con mucho peligro; prefiero ser diplomático.
El fragmento corresponde a una entrevista de Público a Pantic en 2016. Y hay muchos parecidos, vaya eso por delante para los que nos quieren convencer de que todo sucedió el sábado y de que no hay contexto alguno al que remitirse. Milinko dijo una cosa sin mayor importancia y Diego Pablo respondió con un 'palo' que no venía a cuento, aseguran...
Pues va a ser que no.
Para entender esta historia podemos y debemos remitirnos a marzo de 1997, cuando ambos protagonistas vestían de corto, lucían la rojiblanca y venían de un Doblete. "Hay una cosa clara: el que no los patea no los falla. Esnáider tuvo el valor de tirarlo y el portero se lo detuvo. Nos tocó tener noche cerrada", aseguraba precisamente Simeone después de que, mediando penalti fallado por su compatriota, el Ajax eliminara al Atlético en los cuartos de la Champions. El encargado de las penas máximas era Pantic y, por mucho que apretara Juan Eduardo para encargarse, El Cholo nunca perdonó que se hiciera el longuis precisamente con ésa. Meses después, el argentino abandonaba el club. El serbio aún continuaría una campaña más, dejando como legado, lo cortés no quita lo valiente, el cariño de toda una parroquia y el ramo de flores junto al banderín.
Para entender esta historia podemos y debemos remitirnos también a octubre de 2009, cuando Simeone entrenaba en su país a San Lorenzo de Almagro, no habrá manera de responsabilizarlo, y cuando Pantic se fue una noche a la cama con la promesa de que iba a convertirse en entrenador del Atlético. Se había prescindido de Abel, se había topado con la negativa de Laudrup, se había sondeado a Spalletti y uno con ganas de mandar quiso tirar de Milinko mientras el que de verdad mandaba (y manda) apostaba por Quique Sánchez Flores. De ahí surgió un rencor, el de no asumir el cargo, que, conviene insistir, nada tenía que ver con El Cholo.
Para entender esta historia podemos y debemos remitirnos por fin a diciembre de 2011, cuando, con Pantic como entrenador del Atlético B, se apostó por Simeone una vez destituido Goyo Manzano. Más leña al fuego del despecho. Efectivamente, la necesaria relación entre el técnico del primer equipo y el del filial no resultó fácil durante los meses en los que el segundo mantuvo el cargo. El club prescindió de sus servicios después de que no se metiera en la pelea por el ascenso a la categoría de plata e inmediatamente dejó otra de esas perlas con las que nos ha venido obsequiando durante más de una década: "Desde el primer día El Cholo puso mucha distancia entre nosotros. Hemos hablado muy poco. Pensaba que iba a ser de otra forma".
Va para 13 años y el balance posterior de Pantic en los banquillos se resume en una aventura azerbaiana que puede y debe agradecer al propio Atlético y en otra china que apenas duró un par de meses. Culpa de Simeone, seguramente. Más éxito ha tenido en su flamante faceta de comentarista, otro de los que ha encontrado hueco mediático al calor de la crítica a Simeone. Cualquiera que lo haya seguido sabe que la del sábado viene a ser simplemente una más. Cualquiera que lo haya escuchado sabe que te puede gustar más o menos Llorente como delantero (doblete para él, descanso para sus compañeros), pero que la referencia a Xavi como un entrenador "mucho más valiente que otros que se dice que son mejores" llega impregnada de veneno.
Y sí, el del traje negro se enteró y quiso responder a una pregunta la mar de oportuna con aquello de que "leyenda es nuestro querido Aragonés". No parece para tanto si aplicamos idéntica vara de medir, cuestión distinta es que no queramos aplicarla. Leyenda es Luis, por supuesto. Y Gárate. Y Adelardo. Y Koke, futbolista con más partidos en la historia del club. Y Torres, claro que sí. Y, por supuesto, El Cholo, dos títulos de corto, ocho de largo, entrenador con más partidos en la historia del club, tantas otras cifras... Son muchos los que han deseado, desean y desearán su puesto, pero Simeone sólo hay uno
Y no, la convivencia con él no debe ser sencilla. Habrase visto un tipo que pone el listón donde lo pone, que exige a los demás porque antes se exige a sí mismo, que vive cada partido (y, apurando, cada entrenamiento) como si fuera el útimo, que no permite la sopa boba... Han desfilado unos cuantos estos años con el denominador común de escupir a la primera ocasión que han tenido, pero la realidad es puñetera para gritarnos que ni uno solo ha hecho lejos del paraguas del Cholo algo que merezca la pena. Y que, por poner un ejemplo, parecía que se acababa el mundo cuando llegó Vivas, campeón de Liga menos de un año después. Así que quien hoy escribe Pantic bien podría escribir otros apellidos. Así que quien hoy lee Pantic bien podría imaginar todos esos apellidos. Los expertos del paso atrás, por resumir. Un solo Simeone, demasiados Milinkos. Y ahora, la Champions. Si sale mal, barra libre...