“Emociona verlos”
J. QUIXANO
Voló el águila por el Olímpico hasta aterrizar en el escudo del Lazio, en el centro del campo. El ambiente, por entonces, con el partido sin empezar, era una fiesta, sin insultos entre aficiones, sin las cinco bengalas que sacaron por cada bando, todo cánticos y algarabía. Era el momento de Diego Simeone, entrenador del Atlético que por dos veces en dos semanas admitió que tarde o temprano le gustaría entrenar al equipo lazial, que estaba seguro que algún día así sería, pero que ahora lo importante era el Atlético. Adorado por la hinchada del Lazio, recibió una placa con su nombre, al tiempo que le colgaron la bufanda del equipo italiano. Un gesto de lo más inusual. Después, como si nada, se acercó a la curva norte y saludó. “Lo que he vivido no lo olvidaré nunca, me he quedado sin palabras”, respondió Simeone; “he sentido vergüenza porque son dos escuadras que quiero mucho. Entrenaba a mi Atlético contra mi Lazio”. Ganó su Atlético.
Para Simeone, que aseguró no fiarse del resultado, el orgullo era más por lo hecho que por lo conseguido. “Es el estilo”, remarcó orgulloso; “emociona verlos por cómo interpretan los partidos en cualquier campo. Los artífices son los delanteros, Adrián, Diego, Falcao, Koke… todos corren. Y si entran nuevos en el equipo no se nota y se sigue con el mismo ritmo. Eso es saludable para el futuro. Se dan cuenta de que pueden”. Recogió la palabra Falcao, doblemente goleador: “Podemos, sí. Pero hay que ir despacio”. Y Adrián, definitivo, amplió: “Todo lo que hagamos será porque el equipo va a una”. Como exige Simeone.
"Si se cree, y se trabaja, se puede". Palabra de Dios.
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