Madder: Yo me hallo en la duda sobre el futuro de Telemadrid y su inminente privatización ¿Qué prefiero, una televisión pública controlada por políticos que a su vez son controlados por nuestra "clase empresarial" o una televisión controlada directamente por nuestra "clase empresarial"?
Que la información que recibimos pase ineludiblemente por esos filtros explica que todavía no hayan rodado cabezas y que que encima nos sintamos culpables de la actual situación porque "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades".
Yo tengo la misma duda. Lo razonable sería analizar si es necesario o conveniente mantener una televisión autonómica en Madrid; con criterios de servicio público y profesionales; supongo que eso debió ser lo primero pero no se ha hecho.
Si es sí, pues ajustesé la dimensión actual a un gasto soportable, y déjese en manos de un consejo profesionalizado. Como eso no interesa, por que no tiene sentido político, la respuesta es no.
Y como al no le sucede la venta de los activos, pues déjese en manos de expertos independientes, con remuneración pactada sobre los ingresos a obtener y precios contradictorios públicos. Y liquídense los derechos laborales como premisa. Esto tampoco interesa.
Por tanto, se mantendrá el patrimonio en poder de la Administración y se cederá la gestión a....Cerezo. O peor: se le venderá el patrimonio a Cerezo (a buen precio claro está). La verdad es que será algo de esto, pero hecho de tal forma que será como otra cosa.
Y claro que la mayoría de nosotros no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades; pero la sociedad que formamos sí: hemos mantenido una clase politica desvergonzada y sin ética alguna en el mejor de los casos, que ha financiado sus actividades sin limite alguno y lucrándose personalmente directa o indirectamente; eso cuando no hemos mantenido a delincuentes amparados en sus nombramientos y relaciones. Y hemos servido de alimento para que una clase empresarial y financiera, amparada por la clase politica a la que han pagado corruptamente, nos haya esquilmado, llevándose el fruto de la rapiña fuera de nuestro alcance; pero lo peor no es eso; lo peor es que están fuera de nuestro alcance, por que los que dicen gobernarnos, limitan los medios físicos y jurídicos de la inspección tributaria y financiera; o quitan al delincuente de su alcance con normas que lo amparan, cuando no les conceden amnistías. Hemos votado a delincuentes reconocidos, amparado a delincuentes reconocidos y perdonado a delincuentes reconocidos. Y pagamos deudas generadas por delincuentes reconocidos, mientras nos creemos que tenemos que pagar esos intereses y esas deudas con ventas y cesiones de bienes y derechos que ya habíamos pagado; pagamos dinero a prestamistas que tienen los derechos sobre nuestra sociedad adquiridos con los dineros de su rapiña previa sobre esta misma sociedad.
Bueno, que ¡aupa Atleti!
Un saludo
Edito para dejar esto:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/01/04/actualidad/1357331069_790714.html
Después de un mes de tensas negociaciones y tres semanas con la pantalla en negro, Telemadrid afrontaba ayer el tramo final de un expediente de regulación de empleo (ERE) que ha culminado sin acuerdo entre la empresa y los sindicatos. El plan es despedir a 925 trabajadores, el 80% de la plantilla, una medida con la que la cadena autonómica iniciará el gran viaje hacia su demolición.
El camino hacia el abismo se veía venir. El Gobierno de Esperanza Aguirre conocía desde 2004 la desastrosa gestión que se estaba llevando a cabo en Telemadrid. Sin embargo, la comunidad no tomó medidas para cambiar el rumbo de la televisión autonómica, que ocho años después lucha por sobrevivir. Un informe de la consultora Alfa Solutions, encargado por el Consejo de Administración de RTV-Madrid (con mayoría del PP), alertaba ya en octubre de 2004 de graves deficiencias en los sistemas de contratación de servicios e inversiones.
Este informe, que según fuentes del ente fue entregado en mano a la entonces presidenta regional, exponía “una falta de optimización económica del presupuesto anual y una ausencia de un plan a medio plazo” en la televisión pública y revelaba una “escasa eficiencia en la coordinación entre direcciones responsables de ejecutar los gastos y la dirección encargada de suministrar los recursos”, una “falta de evidencia en el proceso de selección y evaluación de programas” y una “ejecución de presupuestos sin aprobación definitiva”.
El entonces presidente del Consejo de Administración, Álvaro Renedo, dirigió en septiembre de 2004 una carta a Aguirre en la que le exponía su preocupación por la contratación de varios programas (la serie Capital, el concurso Metro a metro y el musical Alcalá Club) y de la campaña publicitaria para el lanzamiento de la programación de otoño. Exponía que se había vulnerado la ley de creación del ente porque tanto los tres programas como la campaña deberían haber sido aprobados por el Consejo.
Para conocer los mecanismos de contratación, este organismo encomendó también a la consultora Alfa Solutions un estudio específico. En una carta-informe remitida en marzo de 2005 al subdirector general de Telemadrid, Ángel Martín Vizcaíno (que sigue en el cargo), ponía de manifiesto anomalías en la contratación de algunos programas de alto presupuesto puestos en marcha en la etapa de Manuel Soriano como director general. De nuevo aparecían Capital, Metro a metro y Alcalá Club, además de Gran Vía de Madrid y Abierto por la mañana. La autorización del Consejo (o de su comisión delegada) era necesaria en los contratos que sobrepasaban los 601.000 euros. Pero el director general firmó con la productora Fábrica Visual por 1,2 millones de euros y con La Granota Groga, por 910.000 euros.
Programas de alto presupuesto se contrataban de manera irregular
En muchos casos, los contratos se rubricaban antes de que fueran aprobados por el órgano competente. “La fecha datada en el contrato”, precisaban los auditores, “es anterior a la fecha de autorización del gasto o inversión por parte de la comisión delegada” del Consejo. En otros, solo se mencionaban los costes unitarios de los programas, sin precisar el número de ediciones pactadas. Y, a menudo, en las actas de las reuniones de la comisión delegada y/o del Consejo de Administración se especifican datos esenciales haciendo referencia a anexos que no quedaban firmados por el presidente y por el secretario.
Telemadrid resta importancia a las “irregularidades de forma” que pudieran haberse producido. “Nos preocuparían más si fueran de fondo”, dice un portavoz, según el cual existen mecanismos para controlar la gestión, tanto por el Consejo de Administración como por la Asamblea. “Estamos monitorizados constantemente por los órganos competentes”.
En su diagnóstico de la situación (la de 2004), los auditores exponían que en Telemadrid no existía “una mentalidad de ahorro de costes”. Llamaban especialmente la atención sobre una falta de capacidad en la gestión del gasto “al acabar todo siendo urgente”, la tendencia a tomar decisiones sin la transparencia adecuada, la dilución de responsabilidades y la toma de decisiones sin la competencia adecuada.
La cadena no tenía “una mentalidad de ahorro de costes”, según una auditoría
Ocho años después, la cadena apela a problemas financieros para justificar un ERE colosal. Deloitte-Cuatrecasas hace referencia al “cada vez más menguante” presupuesto público, la prohibición de endeudamiento y las dificultades para acceder a créditos bancarios. Al cierre de 2011 la deuda financiera era de 262 millones, según el documento, que exculpa a los gestores del deterioro de la situación económica del ente. El servicio público “en los últimos años se ha visto fuertemente afectado por factores negativos, fuera del control de sus directivos, y que pone en serio peligro su continuidad”, expone el texto.
El fútbol es un sentimiento que se lleva muy adentro...y se concreta en el Atlético de Madrid.