A raíz de lo que habláis sobre el planteamiento táctico del italiano, que fue mejor en la reacción que en la salida, el Cholo demuestra que (además de ser Dios) no sólo es un gran motivador, sino que sabe de fútbol.
Éstas son sus declaraciones después del partido, hablando sobre Spalleti:
""Es "de grandísima jerarquía". Interpretó muy bien el partido. En la primera parte dejó a cinco
defensas para liberar de defender a sus delanteros y nos cerró muchos
espacios y, en la segunda, el Zenit desplegó un buen fútbol de ataque".
Y esto es lo que comenta el propio Spalleti después del partido:
"Sobre el planteamiento con cinco defensas en la primera parte, comentó
que necesitaban un quinto hombre atrás "para liberar a los atacantes" de
este cometido. "
Es decir, el Cholo ha leido el partido perfectamente y ha sabido siempre las motivaciones de su rival, no es fruto del azar, es un grandísimo entrenador, como ya sabemos. Los movimientos que tiene este equipo sólo se consiguen con trabajo, con mucho trabajo, pero por mucho que trabajes si no hay alguien detrás que te diga cómo, qué y, sobre todo, para qué, no sirve de nada.
El partido me pareció tácticamente interesantísimo, una especie de partida de ajedrez sobre el césped. Ambos se conocían y sabían que la clave no estaba tanto en tener el balón, como en no dejar espacios al contrario. ¿Había que tener el balón? sí, pero no valía de nada tocarla porque sí, había que tenerlo en sitios concretos en momentos concretos. Ambos sabían que tener el balón en determinadas zonas en las que el contrario pudiera robar era mortal, porque son dos equipos que salen perfectamente y es donde hacen mucho daño. Y ahí ganó el Aleti, porque el Zenit lo hizo 15 o 20 minutos magnificamente, pero el Aleti lo hizo todo el partido. Ganó en eso y ganó en que es un equipo más trabajado que cree ciegamente en lo que hace. Trabajado en la recuperación y los apoyos, pero también trabajado en la estrategia. Ahí el Zenit es más flojo.
Dice Spalleti tras el partido: "Hemos entregado mucho espacio de campo al adversario en el primera
parte. El primer gol fue un error posicional. Los tres defensas que
teníamos en el centro tenían que salir más hacia la portería del
adversario, y en la segunda parte jugamos mucho mejor".
Y es cierto, a mí también me sorprendió esa insistencia que tenían los de atrás suyos en sacar la pelota jugada en horizontal, llegando a ser aburridos hasta la saciedad para luego terminar perdiéndola siempre en tres cuartos. Recordaba a un Trampe$ pero sin que tuviera ninguna influencia positiva, más allá de sumar riesgos.
Y luego está como ambos modifican su dibujo en función del partido. El Aleti de ayer fue muy distinto al de otros partidos (realmente el año pasado éramos mucho más monocordes, jugábamos a un librillo, aprendido de memoria, y no salíamos de ahí). Este año el sistema del Aleti con el Rayo y Almería no se parece en nada al que jugó con la Reala, que a su vez no se parece en nada al que jugó en Sevilla, que no se parecen ninguno al que jugó los dos partidos con el Bar$a, y que a su vez no se parece ninguno al de ayer. Todos ellos partidos sacados adelante con ideas futbolísticas, en lo que se refiere al planteamiento, muy distintas, pero con un nexo común reconocible, muy reconocible: la disciplina táctica, la entrega, la lucha y la seguridad en lo que haces.
Ayer salimos con dos jugadores pegados a banda y una sola referencia arriba. La referencia, Villa, bastante liberada en labores defensivas y uno de los jugadores de banda, con absoluta libertad de movimientos por todas las zonas del campo (y cómo se movió!!! tanto en defensa como en ataque), y el otro jugador de banda, Adrián, mucho más pegado a banda para abrir espacios, pero mucho más fijo. Se buscaron sociedades constantemente, Filipe, Arda, Adrián, por un lado, Juanfran, Koke, Arda (estaba en todas partes), por otro y siempre, basculando hacia una u otra sociedad, Villa. Se tocó mucho más, se tuvo menos verticalidad y menos juego directo (no estaba Diego Costa, sinónimo de todo eso), y se busco una manera alternativa de suplir lo que sabías que no ibas a tener, y se hizo bien, con paciencia, sin desespero, como requieren estos partidos europeos en los que una carga a la desesperada buscando el triunfo por la vía rápida te cuestan un disgusto. Porque los partidos europeos tiene sus códigos y sus ritmos.
Por otro lado el italiano, que ya salió con un sistema que no es el suyo habitual, adaptándose a nuestas características (nos tenía bien estudiados), cambió el sistema radicalmente sobre la propia marcha, a raíz del gol, sin mediar órdenes, como si ya se tuviera sabido desde el vestuario, "si nos marcan... se cambia a...". Y nos hizo daño, vaya que sí. Línea de 4 que se quedaba en tres veinte metros más adelantados, absoluta libertad de la bestia parda, y tres por dentro, por delante de los dos del centro dándole espacios y balones a la bestia. Ahí viene la caraja, que es en parte caraja, pero en parte es que nos pillan por sorpresa y hay que reajustar, ya no hay que defender tanto por fuera, ahora toca defender por dentro y volver a cerrar líneas, pero encima, hay que buscar un gol.
Gran partido en lo táctico. Puede que no fuera un partido espectacular de fútbol brillante de salón, pero tácticamente más que interesante y muy agradable de ver. Y el fúbol tiene esas cosas, del 1-2 al larguero, que nos hubiera amargado la noche, al 2-1, de fe, que nos devuelve de golpe la fe en todo lo que creémos. Mucho más importante de lo que parece, más allá de los tres puntos.