Bacharach: La alineación de ayer, con todos los cambios destinados a ganar toque a cambio de músculo, podría perfectamente funcionar en el Calderón en un partido contra un mediatabla que venga a concederte la llegada hasta tres cuartos, claro que sí. Pero ¿en Pamplona? Es Pamplona es una pirada de olla de mucha consideración. Como ya ha apuntado alguien antes, es clavado al San Mamés del año pasado, con aquel inadecuado mediocampo Tiago/Emre/Arda.
Es que ese es el tema. Dices voy a rotar, pero hay que ver lo que se rota. No puedes juntar a Mario, Diego, Villa, Adrián, Filipe (primer partido) y Toby todos juntitos en Pamplona, teniendo a Ardá, Raúl, Koke y Miranda en el banco. Es meter mucha horchata junta para que se pongan a tocarla en un campo que lo menos que te van a tocar son los huevos en cuanto te descuides. Me quitas a Diego y a Villa, y me metes a Raúl y Ardá (que fue lo que pasó en la segunda parte, más Koke) y ya es una historia muy diferente. Pero me pones a Diego a tirar pases imposibles desde los medios, en plan torero, a Toby buscando la pelota, no a Armenteros, sino a la pelota, a Mario en plan, hoy-reparto-yo-que-los-demás-no-pueden, a Adrián peleado con el mundo y con el mismo en banda, y a Villa en terreno de nadie y ya tienes un 2-0 de salida. Si además tienes a varios jugadores con miedo a meter la pierna porque se pierden el derby, el cocktail es ya más que explosivo. Eso no son rotaciones, eso es un suicidio colectivo.