Por IMANOL ECHEGARAY
“¿Y qué hacemos?” Así titularía yo la crónica del Atlético de
Madrid – Athletic Club. ¿Qué se puede hacer? Ya os lo digo yo: nada. El
aficionado atlético está vendido en estos momentos. Vienen a tu casa, se
ríen de ti, te roban sin disimulo ni vergüenza, y te vas a casa
cabreado mientras a ellos se les escapa la sonrisa del trabajo bien
hecho. Y este cigarrito para el cuerpo, por lo bien que lo he hecho.
Dejemos claro que un árbitro se puede equivocar en una jugada
puntual, de la misma forma que un delantero puede fallar un gol
cantado. Que sí. Que son humanos y también fallan. Pero una cosa es
fallar haciendo la raíz cuadrada de 17894 y otra decir que 2+2 son 5. O
eres muy tonto o estás fallando aposta. Y eso es lo que mosquea. Lo
sucedido en el Vicente Calderón ha sido inadmisible en todos los
aspectos. No solo por cómo te anulan lo que no se puede y te castigan
tras haber sido castigado. También por el trato. O mejor dicho, el
maltrato. Lo felices que se sienten los de amarillo cuando arbitran a
alguien de rojo y blanco. La sinvergonzonería, en todos los aspectos,
que se ha presenciado hoy en Virgen del Puerto. Desde aquel gol anulado a
Perea no recordaba nada así. Y me consta que el bueno de Arturo Daudén
Ibáñez pitó lo que vio y ha pedido perdón desde entonces a todo aquel
que se lo haya recordad. Le honra.
Pero la culpa no la tienen los árbitros. De un año a esta parte se
ha creado un clima en torno al Atlético de Madrid y al colectivo
arbitral que está desembocando en todo esto. Que si violentos por aquí,
que si patadas por allá, que si protestan mucho, que si tienen carta
blanca, que si superan el límite del reglamento. La realidad es que los
corrillos arbitrales son más propios del Camp Nou; que los codazos y los
puñetazos se los hemos visto repartir más veces a los de blanco que a
los de rojiblanco; que el Atlético no está, ni de lejos, entre los que
más faltas hacen en Primera División; además, por si fuera poco, sí está
entre los que más recibe. Sin embargo el criterio para enseñar tarjetas
amarillas para los de Simeone está a ras de suelo. A la mínima, te tiño
de Simpson. Y eso está hartando a la plantilla. Al final el suministro
de estramonio en Matrix ha ahondado en un colectivo que cada fin de
semana sale más dañado.
Pero para hacerte respetar primero tienes que defenderte. El
discurso de no hablar de árbitros está bien cuando ellos también te
respetan. No cuando se ríen de ti. Alguien del club debería dejar ya las
cosas claras. El Atlético no dispone de el mercado pirotécnico de bombo
y platillo del que otros sí disfrutan. Hoy se hablará de esto, y mañana
de la venta de Koke. Si estos 90 minutos son 7 kilómetros más al norte,
arde Madrid y Latre no vuelve a arbitrar en primera división.
Basta ya de ser los tontos del lugar. ¿Qué es lo que pasa? ¿Dudan
de la profesionalidad del Atleti ante el Barça y es mejor dejarlo todo
atado? ¿Son así de malos los árbitros? ¿Y a qué huelen las nubes? ¿Cuál
es el nuevo peinado de Cristiano? ¿Atleti? ¿Qué es eso? ¿Eso se come?
Basta ya, joder. Alcen la voz. La única cosa positiva que dejó Jesús Gil
en este club. Si te ríes del Atleti, vas a quedar retratado.
http://imanolechegaray.com/2015/05/03/basta-ya-que-alguien-se-haga-respetar-en-el-atletico/