En honor a la verdad, Oliver me pareció de los mejores el miércoles, es más, creo que con su cambio se acabaron poco a poco las posibilidades de empatar el partido.
No suelo ser pesimista pero en este caso sí lo soy, sin que nadie se ofenda por la palabra, creo que este Atleti se ha amariconado muchísimo. No sé si acabaremos el año deslumbrando con nuestro fútbol vertical y de muchos goles, pero ahora mismo somos un montón de jovenzuelos sin nervio, y con la psicología competitiva por los suelos. El Benfica nos ganó el partido el otro día como podría haberlo hecho un Atleti del Cholo en años anteriores. Aprovechando sus ocasiones y después sabiendo jugar el partido, manejando el estrés del rival y desquiciando a nuestros jovenzuelos y al sangre horchata de Jackson.
Yo no soy dudoso, lo dije cuando Raúl García se fue, esa baja podía ser crucial para el devenir del equipo. Falta mala ostia a raudales. No es casualidad que el Atleti empiece a ganar al trampa$ cuando aparece Diego Costa en plenitud. Costa dio un extra de brutalidad y odio extremo al rival, y en particular al trampa$. Después se fue Costa, pero lo compensábamos con Raúl García e incluso Manduzkic, que, aunque lo hacía un poco por lucimiento, más o menos daba el pego. Jugando como se le ve a este Atleti, tengo la impresión de que vamos a dar unos cuantos pasos atrás. Osea, aquello de, joder, vaya tres paradas que ha hecho el portero del trampa$, hemos merecido ganar, etcétera, uy, por qué no habrá entrado esa tan clara, y luego el trampa$ siendo eficaz y acuchillándonos en el corazón. Es mi impresión, ójala completamente equivocada. Pero a un equipo con el estilo de juego que vimos el miércoles es al típico equipo al que el trampa$ se merienda. El equipo que le come la moral al trampa$ es en el que Diego Costa se encara a muerte con Diego López, en el que el Cholo le quiere arrancar la cabeza a Pepe en el banquillo, en el que sale Cebolla Rodríguez cinco minutos al campo y lo primero que hace es dar un codazo en los riñones a Xavi Alonso, en el que Raúl García es odiado por los once jugadores del trampa$, en el que el trampa$ acaba tan desquiciado por la presión de nuestro centro del campo que termina dando patadas brutales, casi nunca castigadas, por supuesto. Al trampa$ le hemos ganado siempre con cemento armado, hasta dejarlos rendidos en aquel 4 - 0 en el que no hizo falta ni el otro fútbol para barrerlos.
El Cholo no puede salir al campo a poner firme al personal, esto del carácter es cosa que tienen que aprender los jugadores, a no ser pardillos, y lo malo es que a veces hay algunos que no están hechos para tener carácter.
O volvemos a la presión, al orden y al oficio de otras temporadas o lo tenemos muy complicado.
Ójala todo esto que he escrito sea pura basura.