Conmigo no han de ser de ningún efecto tus fuerzas, ni han de tener valor tus riquezas, ni tus palabras han de poder engañarme, ni tus suspiros y lágrimas enternecerme.
No hay para qué conmigo amenazas, que yo no soy hombre que robo ni mato a nadie: a cada uno mate su ventura, o Dios, que le hizo
Vos sois el gato, y el rato y el bellaco!
Mal cristiano eres, Sancho, porque nunca olvidas la injuria que una vez te han hecho.
Con todo eso, te hago saber, amigo Panza, que no hay memoria a quien el tiempo no acabe, ni dolor que la muerte no le consuma.
"...cuando el agua se hiele en los alcorques, allá junto al estadio, este noviembre, después de algún partido, hurtarse al mundo y hacerlo sobre el barro, entre cadáveres de topos y condones repletos, sucio y rápido, sucio y rápido"