Tendrá que hacer muy bien las cosas si no quiere que este sea el definitivo despeñamiento de su carrera. Su fichaje se ha convertido en algo así como una bomba de relojería, se le va a mirar con lupa, cada partido mediocre, cada ocasión fallada y cada cara de disgusto que muestre serán puñales clavados. Y a ver cual es su comportamiento cada vez que le toque banquillo (cuando este bien Costa le va a tocar y mucho). Cornada o puerta grande. Yo deseo fervientemente que no sea así y marque 20 goles de aquí a julio (lo importante es lo importante), pero son demasiados handicaps, demasiadas miradas recelosas y demasiadas preguntas por responder.
Busquemos vida inteligente en otros planetas, porque lo que es en este, ni rastro...