Y de hecho, la única posición con más impacto individual que el portero, es el entrenador. Todos los jugadores de campo tienen que acoplarse, encajar en un sistema: un buen jugador puede no encajar, uno peor ir como un guante al sistema o a sus compañeros. El portero para (o no), independientemente de los efectos indirectos que tenga sobre la defensa (la tranquilidad que da saber que tienes las espaldas cubiertas, y el pánico de saber que cada tiro es medio gol). Sin ir más lejos en Cuernellá el tirazo que saca Oblak al larguero nos hubiera quitado un punto y dejado bastante hundidos moralmente.
Oblak obliga al tirador a forzar el tiro, porque un tiro normal, o medio bueno, se los para de manera humillante para el atacante. Paradas básicas, que dice el bueno de Jan.