A Cerezo, García Pitarch le cae como una patada en los mismísimos. Ayer en una entrevista en la SER, estuvo conteniéndose para defenderle como buenamente pudo... hasta que se llegó a lo de Luis García (por cierto, Joseba Larrañaga es un tipo sencillo para el que 2 y 2 son 4, lo que se agradece en este mundillo del periodismo deportivo).
Una anécdota. El año pasado, en una expedición del equipo, alguien le preguntó en una cena a Pitarch por qué seguía Seitaridis en el equipo, pese a todo lo que había hecho. ¿No hay ningún 2 en el B, en juveniles, que pueda jugar, o al menos subir a la plantilla? La respuesta de Pitarch fue que en todas las divisiones inferiores no había ni un lateral derecho decente. Esto lo digo por lo de la proyección de los chicos de la cantera de la que hace alarde.
Pitarch es la demostración de que la cara es el espjo del alma. Parece un chulo, y es un chulo. No tiene la más mínima elegancia en su comportamiento (interesante la noticia de El Mundo hoy sobre su rueda de prensa). ¿Qué necesidad hay de soltar mierda alrededor, a Luis García, al entorno de De Gea...?
El problema aquí es que Pitarch es elección de Gil Marín. Y como Gil Marín nunca da la cara, nunca se ve en la obligación de explicar sus decisiones. Es lo que habitualmente hacen los dictadores.
Ya casi ni me queda coraje, ni me queda corazón.