Imagino que cuando salió por la puerta del Calderón en su despedida ya pensaba en el reencuentro. ¿Cómo se lo imagina?
—Es un día especial para mí. Cuando hay una despedida, piensas en la
vuelta. Llega el momento. Dejé muchos amigos, en la plantilla y el club.
Tengo contacto permanente con ellos. Todas las semanas hablo con
alguno.
—Verles llorando de emoción en su adiós debe llenar. Hablan maravillas de Raúl García.
—Es lo más valioso. Puedes ganar todos los títulos, lo que me queda
es el reconocimiento personal. Busco ser profesional en todo lo que
hago, una persona de la que el compañero se fíe. Allí lo conseguí.
—Tampoco le fue tan rodado, hubo dudas sobre su juego, una cesión a Osasuna…
—Quizás por eso me ha conocido más la gente. Los momentos malos me
hicieron madurar. Nadie los desea, pero son buenos para crecer, de cara
al futuro. Para mí, trabajar y superarme es el día a día.
—De cara a lo del Calderón, tiene la experiencia de lo vivido en El Sadar. ¿Cómo se aísla uno de esa carga emocional?
—(Resopla) Es un tema mental. Creo tener la cabeza bien puesta para
afrontar las diferentes situaciones. La madurez te permite aislarte de
los sentimientos. Es bonito jugar en el Calderón, pero son tres puntos
más. Motiva hacerlo bien ante la gente que me ha visto tantos años.
—Su gran amigo Koke sabrá que, en el primer balón dividido que haya, irá con todo, como siempre…
—Sí, lo hablamos en la despedida. Saben que son mis amigos, no voy a
intentar hacer daño, pero quiero competir y ganar. Si me quieren es
porque intento ganar siempre y hacer las cosas bien.
—¿Celebrará de rodillas como en San Mamés si hace gol?
—No, aunque entre comillas es una chorrada, la verdad es que a
Osasuna y Atlético les respeto muchísimo. Me pasó con Osasuna: marqué y
tuve una sensación rara, de alegría porque es lo que tienes que hacer,
pero es un gesto de respeto a una afición y a un club que me ha dado una
oportunidad de ser lo que soy. Lo mismo que haría si marcase al
Athletic en un futuro.
—Son cosas que se heredan en el fútbol y casi son tonterías… ¿Por qué reprimirse tras marcar un gol?
—Es más simbólico que otra cosa. El respeto se demuestra con muchas otras cosas, pero es una forma de demostrarlo.
—Lo ganó prácticamente todo con el Atlético, aunque se les
escurrió esa Champions que tendrá ahí dentro… ¿Cómo se motiva un
profesional ante un reto como el del Athletic?
—La ambición tiene que ir por delante de todo. Cuando la pierdes, hay
que dejarlo. La motivación la encuentras en cualquier momento, hayas
ganado lo que hayas ganado. El futbolista debe buscar su batalla
personal. Me motiva seguir a primer nivel, tener competencia con los
jóvenes que vienen, seguir demostrando que puedo jugar… Los títulos son
pasado y en el futuro estaré contento, quiero más. Me levanto cada día
con ganas de entrenar.
—¿Sabe distinto ganar en el Athletic?
—En cada equipo, la sensación es diferente. Si llevas poco en un sitio, cada victoria es una gran satisfacción.
—¿Qué es lo que más le ha sorprendido del club?
—Tomo las decisiones con la máxima información. Lo que me he ido
encontrando, me lo habían advertido. Ver cómo vive la gente el club, te
sorprende entre comillas. Todo el mundo conoce al equipo.
—Se ha ido al limbo el recelo que existía con Raúl García,
parecía un enemigo irreconciliable. San Mamés le ha abrazado desde el
principio.
—No doy importancia a los rumores. Cada día sale uno que lo escuchas y
te hace gracia, nada tiene que ver con la realidad. Dije el primer día
que venía al Athletic a hacer las cosas bien, que nadie me había
obligado. Eso lo desbarataba. Es bonito y bueno que la gente esté con el
jugador y el equipo.
—¿Nota que en San Mamés, como El Sadar, se premia mucho al jugador que se vacía?
—Es un punto que el jugador debe tener. El esfuerzo lo podemos hacer,
luego a nivel individual cada uno aporta en lo técnico. El Athletic es
un equipo que lo da todo. Y eso lo agradece el público.
—¿Y la diferencia en la calle con respecto a Madrid?
—En Madrid, me han tratado muy bien, aunque hay cuatro equipos. La
rivalidad Atlético-Real Madrid se nota en la calle… Aquí estoy
tranquilo, la gente es agradable y tengo la fortuna de hacer lo que me
gusta, dar paseos con mi mujer e hija, ser una persona normal, como creo
que somos.
—Sacó a su hija en San Mamés una foto con la camiseta del Athletic…
—Sí, me da suerte. He hecho dos fotos, en el Calderón y San Mamés. Y
en ambas he marcado. Va a haber que animarla a que vaya más, ja, ja, ja…
—Osasuna a Primera, el Atlético campeón de Liga y el Athletic, de Europa League. ¿Sería fantástico no?
—Me gustaría verlo, me lo han dado todo. Estoy en el Athletic, donde quiero pelear por todas las competiciones.
—Valverde le convenció para fichar prometiéndole que tendría un peso importante. Lleva 17 partidos y 4 goles.
—Yo voy más allá. El tema de hacer goles no me preocupa, lo que
quiero es que el equipo gane. Los halagos son secundarios, significan
que estás haciendo bien las cosas. Si un compañero marca, voy a estar
contento, es el bien del equipo. Los números que importan son los de las
victorias.
—¿Qué le faltaba en el Atlético para irse al Athletic?
—Afortunadamente, me sentía muy importante. Me lo demostraban a nivel
grupal compañeros y técnico. Necesitaba un aliciente nuevo, tener la
continuidad de todo jugador. Pese a sentirme importante, necesitaba
jugar más.
—El Atlético juega con oficio, sin riesgos. El Athletic, sin miramientos. ¿Lo ve así?
—Son diferentes. Nosotros pecamos a veces de juventud y el Atlético
tiene futbolistas que han vivido muchas cosas positivas, que les han
dado experiencia. La juventud también te da un desparpajo que el
veterano, que quiere más orden, no te lo aporta.
—El juego del Athletic le da protagonismo con la pelota.
—En el Atlético jugaba más en la banda. Mientras salga en el once me
da igual. El míster me pide otras cosas. Cuando estás más en contacto
con el balón, te sientes más agradecido. Juego más por dentro, ya lo
había hecho en el Atlético… Son dos formas respetables.
—El Atleti generó dudas iniciales. Ya está a dos puntos del líder, ha encajado seis goles y pasó primero en Champions.
—Está en la regularidad de estos años. Tácticamente está muy bien
trabajado y los jugadores se adaptan a lo que el técnico pide. Cuando el
Atlético está engrasado, es muy complicado. Defensivamente son muy
fuertes y hacen gol. Todos los equipos tienen sus puntos débiles y el
míster lo sabe. Intentaremos buscarlos.
—¿Cuáles son?
—Tendremos que hablar con el míster para que lo sepa. El Atlético está muy trabajado, pero le buscaremos las cosquillas.
—¿Le ve peleando la Liga?
—Me gustaría. Tiene equipo.
—Juega junto a Aduriz. Lleva 20 goles, números increíbles. ¿Cómo es desde dentro?
—Nos parecemos mucho fuera, somos tranquilos. En el campo, sacamos el
gen competitivo y da el resultado que da. Qué vamos a hablar de Aritz,
lo hace él en el campo. Si te paras a pensarlo seriamente... Ojalá siga
así mucho tiempo.
—Se conserva increíble y eso que tiene casi 35 años. ¿Cómo puede rendir así con esta edad?
—Parece que sus años cuentan para atrás. Su estado de forma es muy
bueno. Se cuida para estar así. Todos queremos llegar a ese nivel
cumpliendo años, que en vez de empeorar físicamente vayas a mejor.
Aduriz es un ejemplo.
—Tiene 29, empezó con 18 en la élite. ¿Hasta cuándo?
—Tuve la suerte de empezar pronto, me gusta cuidarme y necesito
entrenar. Cuando hay descanso, me falta algo. La retirada la marcan el
cuerpo y la ambición. En mi caso, será cuando no dé más de mí, el fútbol
es mi vida.
—Tan tranquilo aquí y luego en el campo... Es Doctor Jekyll y Míster Hyde. ¿Es para jugar sus bazas?
—Ja, ja… No, es la forma de ser. Lo más complicado es saber hasta
dónde hay que llegar. Puede preguntar a cualquier rival, creo que nadie
hablará mal de mí tras el partido. Yo compito y quiero ganar. Lo que no
me llevo yo, se lo lleva el rival. El día que pierda eso, perderé muchos
puntos. Tras el partido, soy una persona muy fría.
—Se habla en Bilbao de ganar la Europa League. Usted tiene dos, una ante el Athletic. ¿Ve al equipo preparado?
—Sí. El Athletic ya ha demostrado que puede hacer cosas importantes.
Ha ganado la Supercopa al Barça. La Europa League es muy larga y
complicada. Parece que ganar títulos es fácil, pero no. Ojalá lleguemos a
esa final y la ganemos.
—Beñat está tremendo. ¿La cabeza es lo importante?
—Desde fuera se ve al futbolista de una manera y dentro es otro. No
es fácil adaptarte a muchas cosas. Por mi mentalidad, he sacado
situaciones que otros igual no podrían. Alguno me lo ha dicho. Beñat
está excepcional, lo ha conseguido a base de estar tranquilo, tener la
cabeza fría cuando no ha jugado.
—Griezmann está lanzado.
—A nivel de goles, es muy completo. Tiene gran capacidad para acabar jugadas. Llegará hasta donde él se lo proponga.
—Hablando de jóvenes, ahí está Williams, un diamante.
—Hablo mucho con él, la gente joven debe tener tranquilidad. Lo
complicado es tener condiciones y ya las tiene. Debe madurar a nivel de
partidos y exigencias, y pulir cosas para ser un grandísimo jugador.
Rulo siempre Rulo. Uno de los nuestros