Ramiro Glaría:
Lo que yo me he preguntado siempre (y no dejo de hacerlo todavía) es cómo fue posible que un sujeto así resultara elegido por votación democrática, primero presidente de un club del prestigio y la categoría del nuestro, y después (y en varias ocasiones) alcalde de Marbella. Su paso por ambas instituciones ha resultado demoledor, aunque era previsible también en los dos casos. Entre los muchos defectos del personaje, no figuraba el de la hipocresía. Bastaba con que abriera la boca (y mira que le gustaba hacerlo) para que quedara retratado de inmediato como un ser zafio, desvergonzado y violento. Él había llegado al fútbol (y luego a la política: ¡manda huevos a Sandra, qui s'en va de la cité, manda huevos a Sandra, et peut-être qu'elle resterait!) para medrar, para enriquecerse, para utilizarlos como atalaya desde la que seguir realizando sus siempre turbios negocios.
Frente a él, en el 87, había opciones de atléticos conocidos, honrados y competentes, como Agustín Cotorruelo, Enrique Sánchez de León o Salvador Santos Campano. Quizás si se hubieran unido habrían ganado las elecciones, pero no lo hicieron o porque no fueron capaces de anteponer los intereses generales a los particulares o porque no se dieron cuenta de la que se nos venía encima; nos habrían ahorrado años de bochorno y de ignominia. La historia la conocemos todos, y es absurdo pensar en lo que hubiera seguido siendo el Atleti con otro presidente. Absurdo y muy doloroso, porque lo que se gestó tras esas desgraciadas elecciones y sobre todo después del expolio de 1992 fue la degradación de un club y el pisoteo de un sentimiento. Aquí huele a muerto (yo no he sido).
Llevo años con problemas de conciencia; justo por lo que recuerdas en tu mensaje, Ramiro Glaría.
Son tantos años y tantas vueltas dadas al tema; que la explicación la tengo clarísima:
1º) La Afición atlética ya estaba fracturada. Gil no intervino en ello, sino más bien se aprovechó. Si no, con la opinión categórica que tantas veces expuso Don Vicente sobre él, no hubiese tenido ni la más mínima opción.
2º) La presencia en distintas candidaturas de lo que se llamaba "las familias atléticas" es buena muestra de ello: sólo Herrero fue capaz de retirarse e integrarse en otro grupo (si no recuerdo mal, el de Cotorruelo, quien por cierto falleció muy poco después, lo que demuestra que desgraciadamente, no se presentaba en las condiciones idóneas, ni por edad ni por salud) y, aunque no controlo en absoluto lo que había sucedido antes, cuando Don Vicente dimitió en la 79-80; supongo que algo sucedería, y que sería tan grave como para que Santos Campano tuviera que presentarse en solitario cuando, por lógica, él era "el hombre", después de haber sido colaborador imprescindible de Calderón durante la Edad de Oro.
3º) Visité todas las oficinas electorales y, sinceramente, el espectáculo que me encontré en todas y cada una de ellas, fue lamentable: todo el interés y la ilusión que se suponía que tenían, hasta el punto de ser incapaces de unirse, luego se reflejaba en pasotismo, ausencia de programas ... era como si se presentaran a las elecciones del Club de Petanca de su barrio. Eso, para enfrentarse a un tipo que, por el contrario, montó un cirio pascual como si estuviese enmedio de las típicas Elecciones USA. Y Futre fue el remate, claro.
Había que estar ciego para no ver que Gil llegaba como una moto ... pero la Afición Atlética tuvo que soportar a cuatro ciegos. Honrados, seguro; pero ciegos, egoístas y cainitas, segurísimo.
4º) Dado que cumplimos 20 años de Ocupación Ilegal; a mí me coincide con 20 años de cruzada contra quienes se manifiestan "engañados". Arrepentidos, indignados, abrumados, avergonzados, vale; pero ... ¿engañados?. ¡Ni hablar!. Como dices en tu mensaje, Ramiro, a Gil sólo le faltaba andar por la calle con cartelitos y luces de neon. Estaba todo clarísimo.
Nos pilló por banda desengañados, aburridos, con la sensación de que ya no éramos lo que habíamos sido (rectifico: siendo conscientes de esa realidad), con el recuerdo muy reciente de la Edad de Oro, ya pasada; y con una enorme sensación de inferioridad respecto a Madrid y Barça; y "las Familias Atléticas" nos hurtaron la posibilidad de abrazarnos a una alternativa fuerte y contundente, a la altura del rival que se (nos) venía encima.
Para mi desgracia; también conozco muy-muy bien lo de Marbella. Pido solidaridad; porque ha sido algo increíble y paranormal que ese tío se me haya cruzado en dos de mis tres pasiones no familiares. Sólo me ha faltado que se presentara a la Xunta de Galicia.
Y lo triste del caso, es que para Marbella, valen absolutamente los mismos motivos. Idénticos. Cambias familias atléticas por políticos inútiles; Futre por obras públicas y limpieza de calles, etc, etc ... y la sucesión de hechos es calcada ... salvo que allí, para más inri de los votantes de allí (de ese lastre sí me he librado) ganó tres veces por mayoría, no ya absoluta, sino aplastante.
Sin embargo, así como en Marbella creo y deseo que las cosas se han enderezado, normalizado y democratizado; casi prefiero no pensar en cual sería la respuesta en el Atleti si, mañana, llegase "otro Gil" con ... pongamos Kaká o Christiano Ronaldo bajo el brazo. En fin ... no es que prefiera no pensarlo; es que lo tengo clarísimo.
(...) Nosotros, que somos de Gárate, despreciamos el modelo actual de sociedad anónima deportiva basado única y exclusivamente en criterios mercantiles y cortoplacistas, en sacar el máximo rendimiento de lo que se tiene aunque esto se haga en claro menoscabo de la identidad del club, y de la afición, y del proyecto deportivo (...) "Nosotros, que somos de Gárate" - Carlos Fuentes - El Rojo y el Blanco