Forlan ha estado tan torpe como cuando no controla la pelota o no da un *** buen pase a primer toque (que son muchas, muchas veces). Nadie le discute su valía, pero sí su actitud y sus formas opinando de la afición. Que no me diga que no está cabreado desde el principio de temporada. Que no se queje de una afición que ha gritado uruguasho miles de veces mientras él lo celebra con su colega en la grada. Que salude a la afición cuando acaba el partido, sobre todo si se ha desplazado a tomar por culo. Y que salga de él, no porque algún compañero se lo recuerde.
Que sepa que u futbolista tiene sus obligaciones. Y que la afición, hasta que le ha criticado, le ha perdonado antes mil veces. ¿O se cree que un aficionado tiene la obligación de aplaudir o si no, de callar? Si fuera así, el fútbol no sería fútbol. Ni él ganaría el dinero que gana.
Agradecido estoy a todo lo que ha hecho (por él, es un egoísta de cojones y por el equipo, es un goleador de la hostia). Reconozco que este equipo ha vivido de él el año pasado. Dicho esto, sea quien sea y metiendo los goles que meta, hay cosas que no le admito. Entre ellas, que me tome por tonto. Puerta y a tomar por culo. Que no soy un oswaldito, ni un seguidor educado de la teoría del perdedor de la señora Rushmore. Pero tampoco cambio goles por sumisión ante un tío que gana una pasta y que es lo que es porque los aficionados existimos.
Que ya no somos lo que éramos, vale. Que nuestros dirigentes nos han convertido en un equipo del montón, vale. Pero un equipo es más que eso. Y esa camiseta la han vestido Ben Barek, Vavá, Mendoza, Campos, Collar, Adelardo, Marcel Domingo, Gárate, Luis, Leivinha, Heredia, Futre, Ayala, Caminero, Kiko... Las rayas rojas y blancas no se las ha inventado Forlán. Y fuimos, aguantamos y volveremos... auqnue en el fonde, nunca hemos dejado de ser quienes somos. Y eso es gracias a la afición y a los que lloramos cuando perdemos y saltamos de alegría cuando ganamos. A los que aguantamos los lunes en la oficina cuando nos han dado para el pelo. El que se crea que el fútbol solo se juega en el verde, es que no sabe lo que es el fútbol. Quien vive de él, no puede dejar de saberlo.