Decía
el ministro de Propaganda del III Reich Josep Goebbels, que una mentira
repetida mil veces acaba convirtiéndose en una verdad. Pocos escenarios
han sido tan fértiles para esa frase como el fútbol español. Desde que
tengo uso de razón, vengo escuchando que el Real Madrid es “el equipo
del régimen”. Lo que nunca aclaran quienes profieren esa insidia si es
del régimen de Franco, del régimen de Adolfo Súarez, del régimen de
Felipe González, del régimen de José María Aznar o del régimen de José
Luis Rodríguez Zapatero, porque con todos ellos el Real Madrid ha
ganado más títulos que ningún otro equipo español.
Lo de identificar al Real Madrid con la dictadura franquista tiene
su miga. Si Franco era madridista, tardó bastante en demostrarlo.
Exactamente quince años, los que van desde 1939, fecha en que concluyó
la Guerra Civil, y hasta 1954, fecha en la que el Real Madrid ganó su
primera Liga tras el conflicto bélico (fue, curiosamente, la temporada
en la que llegó Alfredo Di Stéfano, que igual influyó un poquito más
que Franco en que el Real Madrid se convirtiera en el mejor club de la
historia). En ese periodo, los grandes “perjudicados” por el
contubernio franco-madridista se hincharon a ganar Ligas: cinco el
Barcelona, cuatro el Atlético de Madrid (dos de ellas, bajo el nombre
de “Atlético de Aviación”, porque los rojiblancos, como es obvio, nunca
fueron equipo de ningún régimen), tres el Valencia, una el Atlético de
Bilbao (que así se denominaba entonces) y otra el Sevilla. Eso sí, en
esos quince años el Real Madrid ganó dos Copas del Generalísimo, una
barbaridad en comparación de las cuatro del Atlético de Bilbao, las
cuatro del Barcelona, las tres del Valencia y las dos del Sevilla. Pues
sí, si Franco era madridista y la Federación y los árbitros tenían
orden suya de favorecer al Real Madrid, la verdad es que todos ellos lo
disimularon muy bien.
El no de Franco a Bernabéu
En la década de los 60, en pleno franquismo, Santiago Bernabéu, a la
sazón presidente del Real Madrid, presenta un proyecto para la
recalificación del estadio que lleva su nombre y para la construcción
de uno nuevo, con capacidad para 150.000 espectadores, en la finca de
Las Jarillas, cerca de lo que hoy es Tres Cantos. El proyecto, que
implicaba la construcción de un rascacielos, lo tira abajo el alcalde
de Madrid, Carlos Arias Navarro, atendiendo la consigna que en tal
sentido le llegaba desde El Pardo. Otra muestra más de que Franco era
muy madridista y de que el Real Madrid era el equipo del régimen.
EFE
Mientras tanto, entre 1951 y 1965, el club más damnificado por la
dictadura franquista, el Barcelona, solamente podía beneficiarse de
tres recalificaciones urbanísticas. La primera le permitió comprar unos
terrenos situados entre las calles de Riera Blanca y Maternitat por
algo más de diez millones de pesetas de la época. La segunda (1962),
gracias a las gestiones de José María de Porcioles, el “alcalde del
franquismo”, le posibilitó cambiar la consideración del estadio de Las
Corts de zona verde a zona edificable (para ello, el club azulgrana
sólo tuvo que ceder al Ayuntamiento mil metros cuadrados y hacer socio
de honor al susodicho Porcioles), Y la tercera permitió que el
Barcelona vendiera Les Corts por 226 millones de pesetas (un auténtico
pastón), para lo cual fue preciso un decreto (el 2735/1965) del Consejo
de Ministros, firmado por el propio Franco.
Dos medallas del Barça al Generalísimo
En señal de agradecimiento por el “maltrato”, el Barcelona le
entregó al general dos medallas de oro: una en 1971, con motivo de la
inauguración del Palau Blaugrana y otra, en 1974, aprovechando el 75º
aniversario de su fundación y aprovechando, sobre todo, que el equipo
azulgrana acababa de meterle cinco goles al Real Madrid en el Bernabéu.
Medallas cuya devolución el Barcelona reclama ahora a los herederos de
Franco, porque si por algo se ha caracterizado siempre ese club ha sido
por su talante democrático y por no querer saber nada de los
dictadores. Por supuesto, de reintegrar los millones que recibió por
aquellas tres recalificaciones franquistas no dice ni pío.
No quiero agotarles con mi relato, pero me parecía oportuno aportar
algunos datos ahora que el Barcelona se encamina hacia una nueva y
multimillonaria recalificación, que sería la quinta (la cuarta fue en
2000). Sobre todo, porque fue el Barcelona, a través de CiU, el que
denunció ante la Comisión Europea al Real Madrid por “competencia
desleal”, a raíz de la recalificación de la Ciudad Deportiva.