Todos estamos como locos con Aguero, normal, no se ha visto cosa igual en muchísimo tiempo, pero a mí este tipo, el Sr. John Heitinga me tiene absolutamente maravillado. Os dejo un par de entrevistas que también están en su blog
La primera es una entrevista a uno de sus primeros entrenadores. La última anécdota de los chubasqueros es realmente buena y habla de lo que es este tipo como futbolista, como compañero y como líder de un equipo. Además le explica a Bacharach como un tío diestro es capaz de cambiarse un balón a la zurda para darle el efecto correcto de pase al hueco a un compañero (yo también alucine con esa jugada, no había visto una cosa igual en mi vida).
La segunda es una carta de un aficionado una vez que sabe que Johnny va a dejar el Club. Es lo mismo que muchos de nosotros hubiéramos escrito cuando otro muchacho dejó el nuestro, seguro.
Es emocionante ver que, aunque sean pocos, todavía quedan algunos futbolistas que entienden así el fútbol. Sí, ya sé que ahora el fútbol es otra cosa, que se venden camisetas, sentimientos, estadios y amor por unos colores como el que vende chocolatinas, regala móviles o sortea coches o apartamentos en Benidorm, pero a algunos que todavía entenderemos esto como otra cosa y que algún día sólo nos quedará el recuerdo y la nostalgia de lo que un día fue y probablemente ya nunca será, el olvido, que vemos con incredulidad y ojos perplejos como los jeques, los camelleros, los mafiosos rusos, mexicanos o de donde sean, compran y venden clubs llenos de sentimientos y como los portadores legítimos de esos sentimientos los venden, y jalean a los ladrones por conseguir un fichaje más, uno más, cuando leemos entrevistas como éstas, o vemos a un chaval pasearse por las áreas de Europa jugando al fútbol porque le gusta, porque le divierte más que nada y porque como dice Oze no puede hacer otra cosa porque él es el Hijo del Fútbol, sentimos algo especial. La verdad es que los últimos años como aficionado del Aleti han sido una mierda, una p.uta mierda, para que engañarnos, pero que gente como estos dos, Johnny y el Kun, vistan nuestra camiseta, o como Maxi o Forlan, dos verdaderos profesionals de esto, o incluso si me apuran Simao, Ujfalusi, o Raúl García, otro representante de lo que era el Aleti de antes, un tío de club que triunfa y viene joven, sin grandes zarandajas, sin tatuajes ni portadas de periódicos, Luis García, del que en su día escribí una columna cuando se marchó y sé como se le quiere en Liverpool a ese "little Luis", Camacho, como representante de la cantera, (por desgracia muy sólo junto a A. López)o incluso los porteros, Franco, que aunque a algunos desespere hay que reconocerle que es un profesional de verdad, o Coupet, que aunque no esté deslumbrando hay que reconocerle que es un tío de 37 tacos con la ilusión de un niño de 15 y que por lo que me han contado y he podido saber, es otro de los de verdad hacen que esta plantilla que tenemos, y por qué no, el regreso de Maniche (con su épica incluida), con el que siempre he simpatizado como ya sabéis, o incluso esa metáfora que puede ser de las Cuevas, y a pesar de no poder evitar mirar al palco, esta plantilla me ilusione como hace mucho, no porque sean los mejores, que no lo son, ni la más completa y profunda, que tampoco, y seguro que desequilibrada, pero me gusta simplemente porque me siento identificado con muchos de ellos como hace tiempo no lo hacía. Que se le va a hacer, somos incurables.
Aquí os dejo los textos:
Los entrenadores
El único regalo que John Heitinga pidió en su séptimo cumpleaños fue una sesión de entrenamiento con el Ajax. Su deseo se hizo realidad. Diecisiete años más tarde sigue viviendo aquel sueño y defendiendo los colores del club que siempre amó desde que era niño. Varios de los entrenadores que han trabajado con él a lo largo de estos años recuerdan cómo irrumpió en las filas de las categorías juveniles y cómo se ha convertido en uno de los líderes del primer equipo.
“John ya jugaba realmente bien con el Ajax cuando tenía siete años”, recuerda Patrick Ladru, que fue entrenador de Heitinga en el equipo E1 (el grupo de edad de 6-8 años). “Siempre tuvo una gran presencia sobre el terreno de juego. Por supuesto, les sacaba una cabeza a casi todos sus compañeros, y era sencillamente un futbolista estupendo. Tenía un pase largo sorprendente y solía ejecutar todos los tiros libres. Además, podía botar saques de esquina con tanto efecto que el balón se iba directamente a gol”.
“Recuerdo que, en un partido del Ajax E1 contra el Volendam, me puse a hablar con Wim Kwakman, el entrenador de las categorías inferiores del Volendam, y él me dijo que John llegaría al primer equipo del Ajax. ‘Si él no lo consigue, ningún otro juvenil lo hará’, comentó. Yo estaba totalmente de acuerdo con él”.
Según Jan Olde Riekerink, quien supervisó la formación de Heitinga en la categoría de edad de 12 y 13 años, la entrega y las dotes de liderazgo que mostraba el joven defensa hacían que destacara por encima de la mayoría de sus compañeros, y le reportaron el primer “10 total” que ha otorgado este entrenador.
“Solíamos poner a los chavales una nota del 1 al 10”, explica Riekerink. “Yo jamás le había puesto a nadie un diez. John ha sido el primero y el único al que yo he otorgado diez puntos en toda mi vida, y fue precisamente por sus dotes de liderazgo. Era un chaval muy sociable y siempre estaba dispuesto a practicar. Si llovía un viernes, John preguntaba si habría una sesión extra de entrenamiento el sábado en caso de que se anulara el partido. Su entrega era total”.
Riekerink también se dio cuenta de que el joven central daba muestras de un enorme instinto ofensivo junto con otro de los atributos que más raramente se pueden apreciar en un defensa: la habilidad para jugar con ambos pies. “Para entonces, John ya demostraba que podía sumarse al ataque desde la línea defensiva y que tenía la habilidad de iniciar sus incursiones en el momento más apropiado”.
“Sus pases eran su mejor baza, está claro, pero de lo que me siento más orgulloso es de su habilidad para jugar igual de bien con la zurda, en principio su pierna más débil. Trabajó muchísimo para conseguirlo”.
Hennie de Regt, entrenador de Heitinga de los 13 a los 14 años, comenta una anécdota que se le quedó grabada y que destaca la condición del joven como un auténtico jugador de equipo y líder futuro.
“Si llovía y alguno de los jugadores se había olvidado el impermeable, John hacía que todo el equipo saliera a entrenar sin impermeable”, recuerda De Regt. “Así conseguía ahorrarle al compañero olvidadizo el enfado del entrenador. John cuidaba del resto del equipo. Solía decir que la lluvia no tenía nada de malo y que no era un problema entrenar sin impermeables”.
El forofo
Nick Bakker, forofo del Ajax, explica por qué Heitinga ha sido siempre mucho más que un astro con talento
Otro jugador que se va...”, oí que un tío murmuraba a mis espaldas. Estábamos en uno de los últimos partidos en casa de la temporada, y yo tenía los ojos llenos de lágrimas. No soy asiduo a los partidos en propio campo; de hecho, no voy casi nunca; sólo cuando jugamos contra el F$&*#%rd… Hoy he venido por Johnny, porque se va.
“¡¡¡Cómo que otro jugador!!!”, le respondí a gritos. “Oiga usted, ¡más respeto, que está hablando de Johnny!”.
En casa, mi novia no paraba de tomarme el pelo porque me veía hecho polvo desde que me había enterado de que Johnny se iba. La verdad es que ni siquiera los tíos más duros son tan duros como parecen. Me consolaron mucho las palmaditas en la espalda que me dieron otros colegas forofos del club cuando se dieron cuenta de lo mal que lo estaba pasando.
Para mí, y para muchos otros fanáticos del Ajax, Johnny era algo así como tener a un auténtico hincha sobre el terreno de juego. El chaval pasó por todas las categorías juveniles del club hasta llegar al primer equipo, con el que ha jugado siete años. Los que somos del Ajax hasta la médula y no nos perdemos ni un partido a domicilio siempre hemos tenido la impresión de que él nos entendía sin condiciones. Siempre hemos sabido que él compartía nuestra pasión por el club. La expresión de su cara cuando nos enfrentábamos al F$&*#%rd era legendaria; la misma que intentábamos imitar en todos los partidos los que nos sentábamos en las gradas.
Sobre todo era él quien fomentaba la estrecha relación que lo unía a nosotros (o sea a los hinchas habituales de los partidos a domicilio y contra el equipo F). Se ponía a nuestro lado cuando no jugaba y era uno de los pocos jugadores que, ganaran o perdieran, se acercaba a nosotros después del partido. Siempre se apuntaba al pecho con el pulgar, orgulloso de nosotros, orgulloso del club... Si no entraba en el equipo, sabía que tenía que entrenarse mucho más y esperar que le sonriera la suerte la próxima vez. No se escondía y nunca dejaba que su ego pudiera más que él. Jamás se le oyó decir: “¡Si no juego, me largo!”.
La afición no ha honrado jamás a ningún otro jugador de esta generación, por más talento que tuviera, tanto como a Johnny ni ha cantado tan alto el nombre de ningún otro. Muchos juegan por su propio provecho, por el de sus carreras y por sus bolsillos. Johnny jugaba por el club, por Amsterdam y por nosotros. Para los hinchas, Johnny está a la misma altura que gigantes de la calidad de Bergkamp, Litmanen, Blind…
Johnny, querido colega del barrio, teníamos la esperanza de que nunca nos abandonaras. Eras la imagen de Amsterdam, la alternativa al emblema que nos arrebataron. Y, a pesar de todo nuestro sentir, te merecías este fichaje más que nadie en este mundo. Nos has demostrado tu inmensa valía. Eres un auténtico ajacied.
Se me saltan las lágrimas sólo de escribir estas palabras… Te echaremos mucho de menos y siempre te recibiremos con los brazos abiertos cuando quieras volver a nosotros. Cuídate mucho.
Gracias Johnny... ¡Hasta muy pronto!