La UEFA recula: sólo un partido a puerta cerrada
El Atlético jugará en el Calderón sin público ante el PSV. La conducta del club estará dos años a prueba. Se recurrirá al TAS
F. J. Díaz | 01/11/2008
El Atlético jugará en el Calderón sin público ante el PSV. La conducta del club estará dos años a prueba. Se recurrirá al TAS
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El Comité de Apelación de la UEFA decidió ayer dejar la sanción del
Atlético en un partido a puerta cerrada más otro más que quedará
supeditado a un periodo de prueba de dos años en el que si no se
registran incidentes no deberá ser cumplido. Por su parte, la multa de
150.000 euros por los incidentes y los dos partidos de sanción a Javier
Aguirre permanecieron inalterables.
Ambas decisiones le fueron comunicadas al Atlético en Nyon al filo
de las 20:45 tras más de siete horas de audiencia y deliberación. Nada
más conocerlas Clemente Villaverde, gerente de la entidad, confirmó que
el Atlético recurrirá al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y
solicitará con inmediatez la suspensión cautelar de las mismas, de
manera que el club espera que el próximo partido en casa de Champions,
que tendrá lugar el día 26 de noviembre ante el PSV, se pueda disputar
en el Calderón con público.
Maratoniana. La vista comenzó a las 13:30 con un jurado
presidido por el suizo Michel Wuilleret, como presidente, y completado
por el alemán Goetz Eilers y el turco Levent Bicakci. Además, el suizo
Jean Samuel Leuba, inspector disciplinario de la UEFA, se encargó de
defender la primera decisión del organismo europeo. El Atlético expuso
sus pruebas e hizo declarar a sus dos testigos: el delegado de
seguridad del partido, William Mc Dougall, y el venue director o
delegado local de la UEFA, que asiste a todos los encuentros en casa de
los rojiblancos en Champions, Masimiliam von Portatius. Ambos se
ratificaron y no cambiaron lo expuesto en sus informes del
Atlético-Marsella en los cuales dejaban claro que la organización fue
"perfecta". Además, las imágenes demostraron que no hubo gritos
racistas. El Comité fue más allá y solicitó por teléfono el testimonio
de Niang, el delantero del Marsella. Tampoco pudo sorprender la UEFA
con imágenes en las que se probaran dichos gritos ni los insultos de
Aguirre que denunció el Marsella.
Descontento. Todo eso dejó una sensación de insatisfacción
que reconoció Clemente Villaverde al conocer la decisión: "Hemos
conseguido una rebaja, pero no estamos de acuerdo ni en cómo se ha
llevado el procedimiento ni en la resolución. Nos defenderemos ante el
TAS. Ha sido extraño, porque los delegados han ratificado sus informes
sobre la organización del partido, pero parece que ahora es más un tema
de gritos racistas que de organización".
La UEFA defendió su sanción inicial con dos testigos
01/11/2008
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La UEFA presentó dos testigos defendiendo su primera sanción: Rene
Poutet, presidente de la asociación de discapacitados HandiFan Club OM,
y Thierry Tresor, periodista de la televisión TCM e hijo del ex
internacional del Marsella Marius Tresor. Poutet aseguró que "tras el
gol de Niang nos lanzaron una botella y nos hicieron gestos agresivos y
obscenos. Después, el personal del club nos llevó a una zona desde
donde no veíamos".
Por su parte, Tresor afirmó que "después del segundo gol del
Atlético, los hinchas empezaron a lanzarnos insultos racistas. Al
final, quisieron entrar a la zona de prensa a pelearse con nosotros".
El Atlético afirmó que Tresor se bajó los pantalones cuando marcó el OM.
O sea que la UEFA le da mas credibilidad a un periodista del Marsella y al presidente de una asociación del Marsella que a los propios trabajadores de la UEFA. Vamos, que es como si la palabra de Manolete pesara mas que la de los delegados UEFA. Ver para creer.
Yo me quedo con lo que dice Relaño en su columna:
La dignidad del público del fútbol
Alfredo Relaño | 02/11/2008
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Una reflexión más sobre el cierre del Calderón, sobre el cierre de
cualquier campo. ¿Imaginan que si unos brutos hicieran burla a un
hombre de raza negra en El Corte Inglés se cerrara esa sucursal? Cuando
dos macarras tiran de navaja en una discoteca ¿se cierra la discoteca?
¿Alguien pensó en cerrar la zona comercial en la que aquel bárbaro que
maltrataba a su chica agredió al buen señor que la defendió y que ha
estado en coma hasta hace pocos días? No, a nadie se le ocurre. Se
identifica al o a los culpables, se les busca, se les detiene, se les
juzga, se les aplica la pena que sea. Y el escenario sigue funcionando.
En el fútbol no es así. En el fútbol pasa algo (y en este caso ni
siquiera sé si pasó algo punible, pero vamos a poner que sí). Y se
cierra el campo. "¿Y el PSV?". "A puerta cerrada". "Pero es que yo pago
mi abono por delante para todo el año". "Pues que no hubieran gritado a
Taiwo, ni tirado una botella a los inválidos, ni hubiera sido tan
expeditiva la Policía". "Oiga, yo no he gritado a Taiwo, ni he tirado
nada, ni soy policía. Sólo soy uno al que le gusta el fútbol, soy del
Atleti y llevo años yendo allí sin meterme con nadie. Y lo tengo
pagado". "Pues lo siento. Les cerramos el campo. Lo puede ver en
televisión."
En fin, al fútbol va una amplísima mayoría de gente civilizada, y
como tal se porta allí, igual que hace fuera. Y en lugar de protegerla
de los energúmenos, identificándolos, separándolos y expulsándolos,
recurrimos a estos castigos colectivos medievales. Todo por el atavismo
de considerar al público de fútbol como soldadesca indiferenciable.
Suma de gentes que en cuanto entran en el recinto pierden la dignidad y
los derechos que tienen fuera, y que sólo recuperarán cuando vuelvan a
salir. Es algo que me parece barbarie institucional y me indigna cada
vez que se produce uno de estos casos.