A día de hoy, veo a Raúl García por encima de Maniche. O al menos, para permutar partidos.
Lo de Luis García... yo no le veo que pase. Él siempre ha sido un jugador raro, de los que intentan siempre la jugada del siglo. A veces, lo conseguía. Últimamente, cada vez menos. Pero yo no puedo silbarle con la saña que se le silba. Ni a él, ni a Pernía. Nos damos cuenta de lo mal que lo hace porque no se esconde y lo intenta... y la caga. Otros se hubieran escondido detrás de la valla de publicidad. ¿Es Luis García igual a Reyes? Los cojones 33. Ahora, eso no quiere decir que igual el primer cambio no debiera ser Miguel, u otro.
Tenemos un equipo raro. Dos puntas estratosféricos (o sea, que no puedes jugar con un punta). Un extremo sublime (vale, tengo que sacrificar una banda al ataque y no con un volante); el otro, un loco que parece que no hace nada, pero que te la lía parda con goles claves e inverosímiles (esto... venga, vale, sacrifico las dos bandas, hale, sin volantes, cuatro delanteros). Y a partir de ahí, reconstruye: el infierno de un entrenador italiano, que empieza desde atrás, y cuando llega a la delantera, le faltan jugadores ("¿Kiko? ¿Para qué, si sólo uso un punta? ¡Que lo traspasen!" --- Arrigo Sacchi). Aguirre tiene que empezar de adelante atrás, la casa por el tejado. Eso hace que esto sea, a partes iguales, un sindiós y un espectáculo.
Y luego le llaman Caguirre...
Ahora bien, creo que lo que hay en el banquillo debería trabajarse un poco más. Sinama, Camacho (que no está), Miguel... Aguirre se la juega con Luis García (que no está en condiciones) y con Banega.
Banega... ese hombre... Yo no puedo con él, pero en parte no es culpa suya. Me parece un jugador que no nos ha dado nada aún, pero que es un magnífico pelotero. ¿El problema? Que no es nuestro. Si fuera nuestro, no me importaría (tanto) que la cagara, en aras de su aprendizaje. ¡Pero amigo! ¿Vamos a pagar 11 kilos en junio por él? Lo dudo. ¿Va a aprender todo lo que tiene que aprender antes del último tramo de la temporada? También lo dudo, y mucho. Si le compramos ya (y por mucho menos de esos 11 millones) me trago casi todo lo que he dicho de él. Pero hacerle un hombre para que lo disfruten otros... paso.
Ya casi ni me queda coraje, ni me queda corazón.