Cuando en un equipo los malos parecen malos y los regulares y buenos también lo parecen...
Cuando tu equipo parece uno de futbolín, por lo mal puesto que está en el campo y lo poco y mal que se mueven sus integrantes, juegues contra quien juegues, ganes, empates o pierdas...
Cuando, muy correctamente, sacas a Raúl García en el descanso para ver si das salida al equipo desde atrás y más llegada de la segunda línea, y luego haces otro cambio y vas y pasas a dicho jugador a central...
Cuando juegas contra diez y, una vez más, parece por momentos que hay once contra once o, incluso, que el que juegas con diez eres tú...
Cuando tienes que entrenar una plantilla en la que no crees, porque está, además de desequilibrada, poblada de futbolistas contrarios a tu filosofía de juego, por lo que no confías en ellos y en contrapartida ellos no te responden cuando no te quedan más huevos que echar mano de ellos...
Cuando cosen a patadas a tu mejor jugador, justo dos días después de que te acusen de hacer lo propio (!?) con la nueva gigamegaestrella del universo universal, y ni siquiera se monta una remolina alrededor del inútil del referí...
Cuando tienes que elegir entre Coupet y Franco, entre Pernía y López, devolver la titularidad a Pablito y Perea es titular siempre, de central o de lateral...
... Pues empatas con el Almería.
PD: Vaya panda de catetos que pueblan las gradas del Mediterráneo ese. No volveré a oír el sonido del Plus, porque me irritan profundamente el Chicharra y Guirijeta (no mereces haber sido un red), hasta que no sea el día en que eliminen al Trampas de la Champions.