"Ahí va, qué personaje". Lo dice su hijo mayor, empleado en su
empresa pero sin el "gen del fútbol" que tiene el hermano pequeño,
cuando Paulo Futre se recoge el cuello de la americana y se dirige a
posar para Pepe Aymá. Vuelve a los pocos minutos y, aunque ya hemos
acabado y le espera un grupo de empresarios de Portugal y Angola, se
vuelve a sentar y continúa, al ritmo de un café lisboeta, pausado,
entre el aroma de torrefacto y tabaco.
Al cerrar la cita, sólo ha puesto una condición: zona de fumadores.
En una atmósfera que evoca más los versos de Pessoa que sus goles, es
oportuno reseñar que algunas de las cosas que dijo el poeta sobre sus
compatriotas no encajan del todo con este contertulio. Escribió que los
portugueses eran tiernos pero no intensos. Futre es ambas cosas,
intenso en la pasión que empuja cada palabra, aunque la endulce su
acento, como intenso era en la banda del Calderón, ahora dichosa un día
y huérfana al siguiente.
Usted seguro que puede explicar a este Atlético.
Antes de responder, toma una doble calada, de humo y de duda.
–Es un año raro, porque empezó con una buena pretemporada.El equipo
pasó el corte de Champions pero, inmediatamente, un arranque fatal con
el Málaga. Después, cuando parece que todo se va a hundir, reacción y
goles. Quizá la falta de incorporaciones en verano puso más presión
sobre los jugadores que ya estaban, como Agüero o Forlán, pero es
extraño, inexplicable...
–Ya en su época era un club inestable, ciclotímico.
–Pero no como ahora. Siempre hubo declaraciones, sí, pero yo nunca pasé
una situación como la de estos años, tan abajo. Estábamos arriba,
segundos, terceros, luchando con los mejores. Creo que el club cambió
radicalmente tras los años en Segunda, perdió el paso. Aún está
creciendo, saliendo del infierno, en lucha por acoplarse a una nueva
realidad y encontrar su sitio.
–Una realidad sin Jesús Gil.
Otro cigarro, que no es el segundo, y un movimiento que sólo puede
interpretarse entre la reverencia y el temor: "Era un líder, gustara o
no, un líder..." En la forma de decirlo, en la nostalgia, se descubre
que el portugués no lo encuentra ahora en el entorno del club. Añade
algo: "Jesús no temía a Aznar, ni al Gobierno, ni a los jueces. Sólo
temía al Calderón, a la reacción del público en el estadio. Antes de
los partidos le sudaban las manos".
Desde el respeto por esa dirección de "dos cabezas" que forman el
hijo del patriarca, Miguel Ángel, y Enrique Cerezo, Futre echa de menos
personajes que toquen a rebato, a los que se sigue bandera en mano,
pero no sólo en un partido, como ocurrió contra el Recreativo. Cuando
lo dice, piensa en Luis Aragonés: "Era un motivador puro y duro, un
gran entrenador en los momentos malos, que es cuando se ve de verdad a
los líderes".
–Habla de Luis como si fuera el mejor técnico que ha tenido.
–Es uno de los tres, junto a Artur Jorge y Fabio Capello.
–Defínalos.
–De Luis ya lo he dicho. Su fútbol es contraataque, pero eso no
significa ser defensivo, como los italianos. Luis defiende atacando.
Artur (con el que ganó la Copa de Europa en el Oporto) había sido
jugador, pero, en realidad, era un intelectual, que entendía de fútbol
y te lo explicaba con las palabras de un doctor, lo iluminaba. Con
Capello coincidí en el Milan, al final de mi carrera. Casi no jugué
porque estaba lesionado, pero conocí a un dinosaurio del vestuario, un
líder de palabra.
El paso de Futre por el Milan fue fugaz, una temporada, pero le
impactó su profesionalidad y su tranquilidad interna. Le llegó tarde,
como la aparición de la generación de oro en Portugal: "Figo, Rui
Costa, Joao Pinto, Couto... Sólo le faltaba un zurdo. ¡Era yo!, pero ya
me sobraban años", bromea. Fue Carlos Queiroz, actual seleccionador,
quien se la mostró al mundo en un Mundial juvenil, aunque Futre quiere
reivindicar al verdadero descubridor de sus talentos. "Es la misma
persona que descubrió a Figo, a Cristiano, a Quaresma, a Nani... y a
mí".
–¡Vaya ojo! ¿Quién es?
–Aurelio Prera, del Sporting de Lisboa, un club que tiene la mejor
cantera de Europa, como el Barça, pero le falta su dinero para mantener
a los jugadores.
Cristiano Ronaldo es ahora el orgullo de Portugal,
a pesar de algunos críticos en su país que Futre dice no comprender:
"Es la envidia. Deberíamos amarlo todos, el 99,9%, por lo que ha hecho
por nuestro país y por el fútbol en el mundo". Elude la palabra mejor
para definirlo, porque quiere afinar su explicación: "Es el más
completo, ya que puede jugar en la banda, de primera o de segunda
punta. Dicen que Messi es el mejor, de acuerdo, pero no puede jugar de
primera punta porque no va bien de cabeza. Tiene un registro: directo y
gol. Ningún delantero, en cambio, es tan versátil como Cristiano". El
ex jugador rojiblanco aplaude su decisión de dejar el Manchester tras
haber "subsanado algunos errores que cometió en Inglaterra. Ahora
cuando se habla de Cristiano, se habla de fútbol", apostilla.
Cristiano, Figo y Futre, tres nombres que hilvanan la historia del
fútbol portugués, junto al gran Eusebio y Rui Costa, y tres futbolistas
de desborde, de desafíos personales: "Es una raza en extinción. Están
Messi, Cristiano... Navas..., pero cada vez se ven menos. La prioridad
es táctica. ¡Hagamos defensa y ya marcaremos! Por eso celebro la
apuesta de Guardiola: fútbol, fútbol, fútbol".
–Pero en Portugal se seguirá más al Madrid, por Cristiano.
–Sí, pero al Barça se le sigue en todo el mundo por lo que ofrece. Yo pago por verlo, porque hasta cuando muere, lo hace de pie.
–Recuerde un momento.
–La Copa que ganamos en el Bernabéu. Fue algo único en mi vida.
Evocarlo merece un cigarro, uno más, nunca el último con Paulo.
http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2010/01/15/futbol/1263592429.html