Entrevista con Pernía en el diario Olé:
00:00 | EL TANITO / NUNCA PERDIO LA FE
"Si me quejo por un par de huesos rotos soy un caraduro"
Hace
dos meses sufrió un vuelco brutal en la ruta a Tandil. Se temió por su
vida pero se recuperó y en pocos días viajará a España para culminar su
tratamiento y sumarse al plantel del Atlético Madrid. RICARDO GOTTA | rgotta@ole.com.ar
Dificil que vuelva a jugar en el 09. Abel Resino (DT del Atlético) lo incluyó igual en la lista para la Champions
Jamás olvidará una fecha: 7 de julio de 2009. Iba desde Capital a su
Tandil natal. Llevaba a Tiziana, su hija (4 años) y a Tadeo, su sobrino
(5). Ambos estaban atados con el cinturón de seguridad. Pero no podían
dormirse y los desató. Ya había desandado 277 kilómetros. Estaba cerca
de Rauch, por la ruta provincial 50, a 70 kilómetros de su pretendido
destino.
Llovía. Era una noche desapacible. No recuerda cómo,
pero perdió el control del auto, que salió disparado y dio varios
tumbos. Los bomberos llegaron al rato y tardaron media hora para
extraerlo de entre los hierros retorcidos. Primero fue llevado al
Hospital Díaz Vélez, de Rauch. Pero como no había camas, de inmediato
se lo trasladó al Ramón Santamarina, de Tandil. El primer diagnóstico
fue muy preocupante: fractura de clavícula y de la quinta vértebra
cervical, además de un neumotórax severo.
La perspectiva era
de que, al menos, pasaría un par de semanas en terapia. Pero a las
pocos días, Mariano Andrés Pernía era dado de alta. Los dos chicos
salieron absolutamente ilesos...
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-¿Ya reaccionaste?
-Recién
estoy en eso... Del accidente estoy superbien, con muchas ganas de
disfrutar cada momento de la vida. Momentos que antes por ahí no
disfrutaba. Y físicamente muy bien, aunque todavía dolorido por las
fracturas. Pero no me puedo quejar. Si me quejo yo de haber escapado de
semejante accidente. Si me quejo por un par de huesos rotos soy un
caradura.
-¿Recordás el accidente?
-No, no recuerdo nada.
Sólo tengo recuerdos de cuatro días después del accidente, en la
habitación del hospital. No tengo ningún recuerdo y, según me dijeron,
es mejor, me favoreció.
-¿Tampoco recordás los momentos previos?
-Recuerdo hasta 10 minutos antes, de haber pasado el pueblo de Las Flores. De ahí para adelante nada.
-Tu hija y tu sobrino no tuvieron un rasguño.
-La
lógica dice que en sus sillitas obviamente viajan mejor y mucho más
seguros. Pero yo cometí la "imprudencia", o la inconsciencia, o la
fortuna de no hacerlo. Ellos venían cada uno en su sillita y no se
podían dormir. Y los solté. A uno lo acosté en el asiento de atrás y a
otro en el de adelante. Eso los salvó. No sé qué hubiera pasado si
estaban en la sillita. Pero por el resultado. No tuvieron ni golpes.
-Eso hace que todo te duela menos
-Fue
increíble. Yo primero rescato que mi hija y mi sobrino estén... Y luego
que estén sin ninguna lesión. Si hubiera pasado algo grave, no me lo
hubiera perdonado nunca.
-¿Pudiste reconstruir el accidente?
-No,
pero viendo la foto del auto. Voló seis metros y yo caí a unos 40. En
la foto se ve que la trompa, el techo y el baúl están a la misma
altura. No sé, me pude golpear con cualquier parte. O con todas, jeje.
-¿Sos creyente? ¿Creés en los milagros?
-Sí,
soy muy creyente. Y a este accidente lo considero como un llamado de
atención. Ahora soy más creyente que antes. Dios no quiso que ninguno
de los tres nos fuéramos.
-Obviamente un accidente así te marca para toda la vida. ¿Cómo estás hoy emocionalmente?
-Ahora
estoy cada vez mejor. Te doy un ejemplo: siempre fui a acompañar a mi
hermano Leonel a las carreras. Pero ninguna la viví como la de La Plata
del Top Race (N.de.R.: la primera después del accidente, el 9 de
agosto, había pasado apenas un mes...). Más allá de que estuve con toda
mi familia en una carrera de autos, y viendo cómo mi papá (el Tano
Vicente), volvía a correr en esa carrera manejando el auto de mi
hermano. Después de eso no me pierdo una carrera en la que esté Leo.
-¿Volviste a subirte a un auto, a manejar?
-Poco,
todavía estoy un poco dolorido. Pero sí, me subí a un auto sin
problemas. Y si hoy me preguntás si me gustaría correr un auto te diría
que sí, muchísimo... Debe tener con la suerte de no recordar nada de lo
que pasó. No tener la sensación de recordar absolutamente nada, de no
tener el trauma del choque, del ruido, del suelo, del golpe, del llanto
de los chicos. No quedé con miedo. Lo que me pasó es cuestión de tiempo.
-Efectivamente, la evolución fue muy buena.
-Muy
buena. Al principio los médicos dijeron que iba a estar 20/25 días en
terapia intensiva por el edema pulmonar que era muy grande. Tenía el 70
% del pulmón derecho funcionando, nada más. Pero en cuatro días me
sacaron de terapia. Y a los tres días me fui a casa.
-¿Dónde está la clave de esa fortaleza.
-Es
una cuestión mental. Te repito: no tengo conciencia del accidente. Eso
influye. Ayuda que no haya visto bajar a mi hija del auto. No la
escuché llorar. No vi a mi sobrino y ni a ella, llenos de barro,
mojados de pies a cabeza llorando, de noche, el rato que tardaron en
venirme a rescatar los bomberos. Todo eso no lo viví, no tengo
conciencia de eso. Sí lo valoro. Más aún después de que me lo contaron
y que ví las fotos. je.
-¿Cómo encaraste la recuperación?
-Bueno,
al principio descansando. Tuve la clavícula rota en seis partes, el
omóplato, tres costillas, y tres vértebras. Jeje... Tuve que esperar,
darle tiempo para que suelde todo. Pero en cuanto pude, me empecé a
mover y a entrenarme.
-¿Qué apoyo tuviste del Atlético Madrid?
-Ellos
se comunicaron con la familia inmediatamente y le transmitieron que
podían contar con ellos en lo que fuera necesario. Y luego me dijeron
que decidiera dónde y cómo encarar la recuperación. Si quería hacerlo
acá, en la Argetnina, que lo hiciera, o si quería que fuera a España.
Era mi decisión. Todo eso nos dio tranquilidad a todos. Es muy
importante.
-No te reprocharon nada.
-Nada. Estoy muy agradecido. Me hicieron saber continuamente que me esperan con los brazos abiertos. Cuando yo quiera volver.
-Digo desde el aspecto contractual.
-No
porque fue un accidente de ruta, común. Yo estaba de vacaciones. No me
pueden impedir viajar. Si hubiera sido arriba de un auto de carreras o
en una moto, sí, cualquier deporte de alto riesgo está totalmente
prohibido. Pero no una cuestión que tiene que ver con las vacaciones.
Viaje 100 veces a Tandil, y ese día me tocó. Fue mala suerte.
-¿Cuando te volvés para Madrid?
-El 10 de octubre, más o menos. Y desde ese momento me pongo a entrenarme con todo....
-Hace poco tuviste una revisión física a fondo.
-Sí, estoy bien. Voy a volver con todo.
-¿Te imaginás qué pasará el día que puedas volver a jugar? ¿Estás ilusionado con ese momento?
-Uy, sí, el día que vuelva a una cancha de fútbol va a ser parecido al día en el que debuté en Primera.
-Alguna vez en todo este tiempo tuviste miedo de no poder volver a jugar.
-Tuve una lesión seria en las cervicales. Siempre me decían que era casi seguro que pudiera volver. Pero...
-Pero vos me hablabas del miedo.
-Te
digo la verdad, en este momento, después de un accidente así, lo único
que pienso es en mi familia, en disfrutar los momentos de la vida, los
lindos y los malos. Y si me hubieran dicho que no podía volver a jugar.
No, no hubiera tenido problema. Seguiría disfrutando de la vida, más
que antes. Lo otro es lo de menos. Sería lo mínimo después de lo que me
pasó.
http://www.ole.clarin.com/notas/2009/09/23/futbollocal/02004112.html