Entrevista con Luis en el ABC de hoy:
«Hay quien piensa que no he ganado la Eurocopa»
El seleccionador que llevó a España hasta lo más alto del cetro europeo concedió a ABC la primera entrevista a un medio de comunicación escrito desde que dejó su cargo en la Federación
JULIÁN ÁVILA | VIENA (AUSTRIA)
Un café con Luis Aragonés se convierte en una charla de sobremesa. No para de hablar de fútbol por los costados. Tranquilo. Con ganas de seguir en la brecha. Admite que le quedan cuatro años de batalla. Y tiene ganas de empezar, pero que antes se pasará por el Mundial como comentarista para una televisión.
-¿Sigue a la selección?
-Por supuesto. Si puedo, en el campo, como hice en Turquía. Y si no, lo hago por la televisión.
-¿Y que siente?
-Mucha felicidad. Una inmensa felicidad. La selección juega bien, se ha mantenido lo anterior y se están incorporando chicos nuevos. Disfruto mucho viéndoles jugar. Cada día lo hacen mejor. Es un orgullo porque están haciendo disfrutar a la gente.
-¿Vio el partido contra Argentina?
-Sí. ¡Qué forma de jugar en la primera parte! Pero hay cosas que mejorar. Seguimos sufriendo cuando no tenemos el balón. Se hará mejor las cosas, seguro. Es muy difícil encontrar una selección que lo haga tan bien como la española. Ni Brasil juega así de bien.
-Capello dice que Brasil defiende mejor que España.
-Yo no lo veo así. Las dos son selecciones muy fuertes. España lo demostró contra Argentina, una gran potencia con una idiosincrasia muy definida. Ellos fueron muy bruscos el sábado. A España sólo se la puede parar de esa manera.
-Logró imponer un estilo en España. Hay quien piensa que lo copió del Barcelona.
-No tuve como referencia al Barcelona. Busqué a jugadores que tocasen el balón, que supiesen tenerlo y pasarlo, que fueran buenos en líneas generales.
-¿Y fue sencillo?
-La idea era clara. Había que buscar jugadores en el medio del campo que tocasen bien la pelota como Xavi, Iniesta, Cesc, Silva... Luego había que tener valor para ponerlos a todos juntos. Desde el primer momento supe y expuse que España era buena con el balón, pero que físicamente no era un portento.
-Estará satisfecho con la obra que levantó.
-Me costó dos años y medio después de probar varias alternativas. Después de ese tiempo, todo ha sido ganar, ganar y ganar. Aunque, tengo la sensación de que hay quien piensa que yo no he ganado la Eurocopa.
-¿Siempre quiso jugar así?
-Sí. Y es normal. Yo, como jugador, fue un medio atacante ofensivo. ¡Dígale ahora a Pep Guardiola que su equipo salga a defender! Es imposible porque a él no le gusta.
«Estaba convencido de que ganaríamos la final ante Alemania. La preparación técnica era buena y estaba seguro de que ganaríamos»
-¿Ve a Xavi levantando el Balón de Oro en lugar de Messi?
-En el mundo hay pocos jugadores que pierdan menos balones que él. Es merecedor del premio, sin desmerecer a Leo Messi en ningún caso. Xavi es un espectáculo en el campo. Ha evolucionado mucho porque se ha apostado por él. Como en el caso de Andrés Iniesta.
-¿Le creó algún problema tener que alinear en un mismo equipo a Torres y a Villa?
-No. Teniendo dos buenos delanteros hay que ponerlos. Villa puede jugar en un costado y lo hace muy bien. Es cierto que la selección ha hecho sus mejores partidos cuando ha jugado con uno. Ahora, con Del Bosque juegan tres arriba y la solución está dando buenos resultados.
-¿Qué recuerdos tiene de la Eurocopa?
-Muchos. Y bonitos. Es un título de selecciones, de tu país.
-¿Cuáles fueron los pilares sobre los que se cimentó el éxito?
-Dos. El primero es que se consiguió hacer un equipo con una forma determinada de jugadores. Y segundo, convencer a la gente de que lo que estábamos haciendo tenía sentido. El trabajo que se hizo en los dos primeros años fue el equivalente a seis meses en un club.
-Dio algún giro. Primero probó con extremos puros.
-Sí, pero esos jugadores gozaban de plena libertad de movimientos. Cuando una defensa te cierra el camino natural hay que buscar los espacios por dentro. Hay que utilizar todas las variantes posibles sin perder la idea básica.
«Después del Mundial reuní a los jugadores y les dije que el que no se subiese al barco se caería. Y así sucedió con algunos»
-También tuvo que acometer una limpia en el vestuario.
-No fue necesario. Después del Mundial de Alemania reuní a los jugadores y les dije que el que no se subiese al barco se caería. Y así sucedió con algunos.
-Por eso salieron Míchel Salgado, Raúl o Cañizares.
-Yo no hablo de nombres. Yo no iba a soportar a nadie que tuviese contradicciones con lo que quería.
-El equipo arrancó la Eurocopa con confianza.
-Todo fue muy bien hasta el cruce de cuartos. Tres días antes del partido asomó algo que me temía, los nervios. Empezaron a comentar que podría suceder lo mismo, jugar bien para luego caer. Que tendría Italia la suerte de siempre.
-Y le tocó remangarse.
-Aprendí mucho del psicólogo que llevamos al Mundial de Alemania. Hice más de psicólogo que de entrenador esos días. Hablé con los jugadores uno a uno porque les vi el miedo por todo lo que había sucedido anteriormente.
-¿Qué les dijo?
-Cosas normales. Del fútbol y de la vida. Yo he sido un ganador porque he tenido fortuna. Soy un tipo con suerte. Y a cada uno le dije cosas diferentes. Íker me ayudó mucho en la terapia.
-¿Vio peligrar el partido con Italia a medida que pasaban los minutos?
-Me veía con suerte hasta en los penaltis. En esos momentos hay que tener atrevimiento y confianza yo lo veía en los jugadores españoles. Incluso en Güiza
«Busqué a jugadores que tocasen el balón, que supiesen tenerlo y pasarlo, que fueran buenos»
-¿Había decidido los lanzadores de antemano o les miró a la cara en el tiempo de descanso?
-Los habíamos ensayado en el último entrenamiento. Me decanté por los que vi mejor. El primero para Villa porque es quien mejor los tira. Luego pensé en Güiza, que lo metía todo. Él no me dijo que no a lanzar en ningún momento. A Cesc le dije que para él, el último porque sé de su personalidad y su condición de hombre. Ninguno se negó porque no permití que dudasen.
-¿Le dijo algo a Casillas?
-No. Habló Ochotorena (el preparador de porteros de la selección) con él. Para nosotros y para todos, Íker ha sido un hombre. Primero porque es el mejor portero del mundo y porque como capitán es un hombre que ha sabido gobernar todo con naturalidad.
-También tuvo que lidiar en ese tiempo situaciones menos agradables como la de Sergio Ramos, Torres o Cesc.
-Había que pararlo. Cuando uno se despista hay que advertirlo. Hay quien se enfada, pero el propio jugador sabe que no está haciendo lo correcto. Yo lo provoqué y el jugador, también. En el fútbol, todos somos egoístas.
-En el partido de semifinales, contra Rusia, se rozó la perfección en la segunda parte.
-Fue una pasada ante un gran equipo. Todo funcionó a la perfección. Más que una selección parecíamos España Fútbol Club. Los jugadores salieron muy reforzados y convencidos del partido contra Italia. Ganamos en competitividad y los chicos ya estaban muy sueltos.
-Usted les tranquilizó en la previa porque les dijo que los dos mejores jugadores estaban fuera de juego.
-Manejábamos información buena. Teníamos un «espía» en el cuerpo técnico que sacaba muchas cosas de los rivales. Ellos habían ganado a Holanda, que iba de favorita, y lo celebraron por todo lo alto. Esos dos jugadores se habían corrido una buena juerga y se habían descuidado. Y uno de ellos (el delantero del Arsenal Arshavin) era de lo mejor que tenían en su equipo.
-¿Se puso nervioso en la final?
-No. Porque no me pongo nervioso nunca. Estaba convencido. La preparación técnica era buena y se había elevado el tema anímico. Estaba seguro de que ganaríamos.
-¿Y cómo lo festejó?
-No soy de festejos. Es muy difícil verme en una foto ganando la Liga o la Intercontinental con el Atlético de Madrid. Ni cuando subimos de Segunda a Primera división . En la final me hicieron salir al campo. Sé que todo el mundo te está mirando y lo paso fatal.
-¿Qué sintió cuando le mantearon?
-Por dentro, una felicidad completa. Estabas con tu gente y había salido bien el trabajo.
-No niegue que este grupo le ha hecho flojear en la parcela emocional.
-Cuando tienes a tu lado gente que va a muerte contigo se puede flojear. Y pudo ser en ese momento.
-En el último partido de clasificación, en Las Palmas, los jugadores pidieron su continuidad y le mantearon de manera espontánea en una discoteca.
-Bueno, sí. Este grupo de gente me hizo flojear. Ocurrieron demasiadas cosas. No estaba feliz por conseguir la clasificación para la Eurocopa, sino porque la gente estaba conmigo. A los jugadores no les dejé dudar en ningún momento, sobre todo en los complicados, y por eso quizás se portaron así.
-No le he preguntado por Raúl.
-Está todo dicho. Lo que me parece injusto es que ahora se le niegue el pan y la sal.
-¿Le veremos pronto trabajando?
-Espero que sí.
-¿En España?
-No creo que trabaje en España. Me veo más fuera que dentro. Por todo lo que pasó en los últimos meses y aún hay frente abiertos.
-Ha sonado que le quería el Madrid.
-No hay nada de eso y lo veo imposible.
-¿La selección de Portugal?
-No he hablado con nadie pero es una opción interesante.