Sólo se ha quedado un paso más atrás que su mentor felizmente finado. Lo siguiente, para emularlo, será decirnos que bajemos a meter los goles con los cuernos.
Como dice Marianux, éste no aguanta dos envites. Pierde los nervios con facilidad (yo mismo he sido testigo varias veces en primera persona de cómo le hemos hecho perder los papeles con dos cánticos y tres gritos a su cara) y está acostumbrado a que todo el mundo le dore la píldora. En cuanto la cosa se tuerce un poco, da su verdadera cara porque no soporta las críticas. Así que ya sabemos, si te jode el talón, toma dos tazas de flechazos.
Sí, el sábado te voy a dar las gracias, no lo dudes. Te voy a dar las gracias por tu magnífica gestión al frente del Cluz durante todos estos años. Por robarnos nuestros sentimientos, nuestra historia y nuestra grandeza. Por la vergüenza que significa tu sola presencia en el palco. Te voy a dar las gracias por los míos, por los caidos en el camino y por aquellos a los que realmente este escudo y esta camiseta les importa de verdad y son su vida. Te voy a dar las gracias por los insultos y los ninguneos. Te voy a dar las gracias por la chulería y por ser un fulero tramposo. Te voy a dar las gracias por tantas cosas que te vas a sentir realmente abrumado. Miserable.
Pero también se las voy a dar a tu amigo, por todo eso y por mucho más, la lista sería interminable. Aunque para darle las gracias a ése tendré que correr mucho por la M-30, porque además de todo es un cobarde y sí, también un miserable.