El domingo madrugué, y eso que es lo que menos me gusta hacer un domingo, y me fui con un amigo a un garito irlandés sito en una céntrica calle madrileña. Allí llegamos y ya nos estaban esperando una buena barra de los pumas, algunos de ellos ex-jugadores, uno que incluso ha jugado con Ledesma. También había algún que otro escocés, sorprendentemente alguno parecía más un gitano portugués que un escocés, pero hay escocesés de todo tipo, supongo. Tambíén había algún que otro irlandés, habitual del local.
Allí nos presentamos y pedimos nuestro desayuno irlandés típico, con sus huevos con white pudding, sus patatas, su carne, sus mushrooms y su grill tomato, sus baked beans, su black pudding (aquí cono conocido como morcilla), sus salchichas (al estilo irlandés), su panceta, sus tostadas, es decir todo lo que debe llevar un nutricional desayuno irlandés, regado con el más típico hispano café y talegada de zumo, como previa a las pintas.
Y en ese buen ambiente, fundamental para ver un partido de rugby a esas horas de la mañana, vimos el Argentina-Escocia. Como uno en esto del rugby tiene mil amores y más de un odio, lo primero es posicionarse, ¿con quién voy? El domingo fue fácil, por supuesto con los pumas. La cosa se complica en un Irlanda-Argentina, y se define en contra de los pumas si el partido es Argentina-Gales (que puede que ocurra en breve). Pero el domingo éramos pumas. Jodido y curioso deporte para un españolito éste en el que la semana que viene puede ocurrir que esté animando contra el equipo que animé ayer. Sólo los de la rosa (puagg) me lo ponen fácil en ese sentido. Siempre contra ellos. No quiero ni pensar, (sí que quiero y además sería mi mayor deseo), en que algún día presencie una final del Puerro (plumas de avestruz para los amigos) contra AB. O mamá te quiero, quiero tu haka, pero también quiero a papá, porque, sí, porque ésta es la tierra de nuestros padres. Y como no querer a los pumas, con su aguerrida barra, o a la verde Irlanda.
Bueno, pues entre salchicha y salchicha, y entre bocados de baked beans with toasts, transcurrió el partido, con más miedo que otra cosa en la primera parte, a base de drops, conseguidos y fallados, y sin demasiado interés por conseguir un ensayo, en un día de ésos en los que llueven focas. La experimentada, y viejuna, primera línea argentina, daba para aguantar sobradamente y con solvencia los arreones escocesés, pero se les venía abajo para ir de forma clara a por el ensayo. Por cierto, que manera de defender los pumas en las proximidades de la línea de 22 (aunque me adelanto).
Así transcurrió la primera parte, sin nadie derrotado pero sin nadie que hubiera merecido ganar.
En la segunda sí creo que hubo sólo un equipo que intento llegar al menos una vez a la 22 de verdad, que fueron los Pumas, que en un partido como ése significaba ganar prácticamente el partido, como luego se demostró. Escocia mientras tanto buscaba desesperadamente asegurar su retaguardia, no salir perjudicada ante los empujes argentinos y buscar desesperadamente los drops, en demasiadas ocasiones con demasiado ansia para asegurarse buenas posiciones para el pateo. Aún así consiguieron lo que querían y se fueron en el marcador lo justo, pero no lo suficiente porque siempre estuvieron a merced de un ensayo convertido, como luego se comprobó. Además los dos fallos de Felipe, en sendos penals, el primero más justificado que el segundo, que de ajustado se fue al palo, mientras todos mirábamos con caras de tonto, y salsa dulzona de beans cayendo por nuestra barbilla, escocesés, argentinos, españoles, e incluso los irlandeses del lugar, como esa pelota se iba cerrando para pegar en el palo, ante un gran júbilo escocés y la desazón argentina, cago en la cocha de tu madre incluido. Fue un fallo que pudo costar el partido, si bien es cierto que creo que sus maltrechas costillas y el inclemente tiempo tuvieron mucho que ver (juraría que pegó en una foca que cayó rodeada de lluvia en ese más que circular estadio favorecedor de vientos), pero aún así, entre medias si convirtió otro que mantuvo a los pumas a tiro de ensayo convertido.
Escocia mientras tanto a lo suyo, buscando el drop y huyendo del ensayo y de la zaga argentina en 22 como del agua caliente. Otro fallo incromprensible de los pumas, cediendo un line-out con saque argentino a pocos metros de la línea de marca. Luego su defensa se mostró intratable, es cierto, pero los escocés buscaban sólo conseguir nuevamente el drop, algo que ayuda bastante.
Pero finalmente, y entre el nerviosismo reinante, Felipe Contepomi tiene un segundo para pensar, y ese segundo, pese a su maltrecha salud, le permite abrir la jugada y Amorosino en una carrera espectacular marcar. Ensayo convertido y Argentina por delante en el marcador. Aguantar, aguantar, aguanten Pumas.
Nuevamente, a nada del final, fallo clamoroso, propiciado en gran parte por la lluvia, pero de los que los manuales suelen decir, "si no estás seguro, deja botar y salir", pelota que se escurre por entre las manos del jugador argentino y line-out para Escocia, en la esquina izquierda de 22. Los escocesés hacen algo lógico, pero que no me gusta (y que achaqué a Gales de no hacer en nuestra derrota contra Sudáfrica, lo reconozco), buscan el drop a la desesperada, un drop que les daría el partido con casi total seguridad, pero se olvidan completamente de conseguir jugada y buscar el ensayo, algo que creo favorece la defensa del equipo contrario porque éste no deja de ser un juego de engaño, la escondo y aparece (de hecho a Gales les achaco que, habiendo buscado el ensayo, no aprovecharan las oportunidades excelentes que tuvieron para el drop, pero gracias a que buscaron el ensayo). La elección de la patada no es buena y el oval se pierde fuera. Ahí prácticamente queda certificada la victoria de los pumas.
Abrazos, canciones, se saluda al rival caído y nos vamos media hora después del bar, tras charlar de rugby con los argentinos en busca de la ronda de cervezas y aperitivos que a esas horas ya apetece. Tercertiempear que se llama.
Ganó en único que buscó el ensayo, y a mí eso siempre me parece justo.
Señores, para el que no lo haya vivido nunca, es una experiencia increíble, más si el partido se resuelve de 1 arriba.
Que grande es el rugby.