La melancolía tortura a José Eulogio Gárate cada vez
que se avecina un derbi. "Me duele ver al Atlético más que los problemas
que arrastro en las rodillas desde 1977. Es que este equipo... Ganar al
Madrid no era una quimera. Era una exigencia, como pelear por todos los
títulos. Un síntoma de la decadencia del club es que ganar al Madrid
pasó a ser el principal objetivo de la temporada. ¡Antes que la Liga!
¡Con eso bastaba para salvar un año entero! Con el tiempo, hasta eso se
perdió". "El mensaje actual es que el Atlético no tiene nada que perder y
que, si cae, no pasa nada. Borrón, cuenta nueva y... hasta el año
siguiente, señores. La exigencia ha caído a mínimos históricos. Son seis
puntos menos descontados cada curso", ahonda Radomir Antic, el técnico
del doblete Liga-Copa de 1996. "A nosotros los títulos no nos
valieron de nada. Ni dinámica ni nada. Perdimos los cuatro partidos de
la temporada pasada, entre la Liga y la Copa. ¡Los cuatro! Es que ni
aposta", resume Quique Flores, el entrenador del doblete Liga Europa-Supercopa de Europa de 2010.
La última vez que el Atlético se sintió como el
Madrid y el Madrid como el Atlético fue el 30 de octubre de 1999. Fue
una victoria de otros tiempos. De otro siglo. "El Atlético no tenía
complejos", expone Solari, que esa noche disfrutó de Hasselbaink. Sus
dos goles, más el de José Mari, provocaron la ira del Bernabéu (1-3). El
técnico local, John Benjamin Toshack, arremetió contra sus jugadores
acusándoles de "falta de entrega". Su homólogo rojiblanco, Claudio
Ranieri, se daba autobombo de manera atípica: "Ni ahora soy un dios ni
antes era un payaso". "Era el mundo al revés, aunque no hubo final feliz
porque terminamos bajando a Segunda", reflexiona el exjugador Paunovic.
Desde
entonces han trascurrido 12 años (ha habido 132 fichajes y 13
entrenadores por el conjunto rojiblanco) y se han disputado 19 derbis
entre Chamartín y la ribera del Manzanares. El Atlético ha tenido muy
poco que celebrar: seis empates, con 15 goles a favor (0,78 de media) y
38 en contra (2), de los que 12 llegaron en los primeros 15 minutos.
"Sigo sin comprender la facilidad con que nos marcaron Ronaldo, Raúl o
Van Nistelrooy en el primer minuto", recuerda el exmedio serbio.
Semejante sequía ha manchado el currículo de futbolistas del renombre de
Fernando Torres, Forlán y Agüero. Ninguno ganó a los blancos. Ninguno
pudo con la maldición.
"Jorge Larena vomitaba los días de partido
en el Calderón de lo atacado que se ponía... La presión de su propio
campo le afectaba enormemente. No he visto que el Madrid genere esa
sensación. Siempre he visto a los jugadores muy relajados. Quizá
demasiado", cuenta un entrenador que ha pasado varios años en el club
colchonero la última década.
"Todas las rachas se rompen, venimos
diciendo durante 11 años. Algún día se tiene que romper semejante mal
fario, ¿no?", reflexiona Gregorio Manzano. Reducir el nivel de ansiedad y
evitar la desesperación provocada por 12 años de gatillazos son dos de
los tres grandes retos que encara El Profesor (el otro es aceptar la
baja por una rotura fibrilar de Falcao, que desde hace días se ve fuera y
así se lo ha venido contando a sus compañeros).
Manzano lo tiene
claro: "Un futbolista con debilidad mental no va a triunfar nunca en el
Atlético". De ahí que estos días haya colgado un cartel de lo más
elocuente en el vestuario de la ciudad deportiva de Majadahonda. "Un
enemigo es grande en función del miedo que le tengas", ha leído la
plantilla cada vez que entraba o salía. Todo vale, hasta imaginarse el
partido, visionarlo, para convencer a un grupo que solo ha sumado un
punto (Granada) en sus cinco visitas en la Liga con un balance
preocupante: dos goles a favor y 12 en contra. Aun así, pese a los
intentos del cuerpo técnico, cuesta cambiar el chip. "Ganar en el
Bernabéu sería una sorpresa", piensa Diego, que cobra cinco millones de
euros. "Yo es que no sé lo que nos pasa", dice Reyes con razón, porque
el Atlético se adelantó en el Bernabéu en cuatro de los cinco últimos
años.
Los sectores más críticos del Consejo de Administración
atribuyen el comportamiento del equipo a la falta de exigencia de la
familia Gil: "En general. No solo ante el Madrid".
http://www.elpais.com/articulo/deportes/exigencia/era/elpepidep/20111126elpepidep_2/Tes