Refrendar, porque no sobra decirlo, el orgullo que nos ha generado el equipo en los dos partidos de esta Supercopa. Hoy mis hijas han lucido, tan altivamente como cuando ganamos, sus camisetas atléticas en tierras andaluzas y rodeados de sevillistas por cercanía y de culés por moda.
Sobre el partido ya se ha dicho todo; apuntar también la satisfacción de ver que defendiendo muy atrás y de esa forma tan maravillosamente solidaria, el equipo es capaz de generar preciosas combinaciones en ataque, las dos jugadas que terminan con los tiros de Arda y de Koke son las mejores de toda la final. Por cierto, Koke tiene un enorme margen de maniobra para mejorar su disparo, sería la guinda del jugadorazo que ya es.
Esperemos que el físico nos aguante para este tipo de fútbol en una plantilla corta a todas luces, menos para los dirigentes que ya se sabe que de eso andan escaso.
Saludos