Parece que algunos lo han olvidado, los nuestros, los de la manada por el dolor de Lisboa. Ellos, el resto por odio, inquina y resquemor hacia el intruso que sienten que no está en el lugar que le corresponde pero del que temen que acabe levantándoles la novia y el sitio porque en definitiva es mucho más hombre que ellos.
No tuve tiempo para lamentarme por lo de Lisboa, tenía un hijo pequeño al que consolar (y no había consuelo) pero en mi cabeza y en mi pecho latía el orgullo de la gesta que una semana antes un equipo roto fisicamente había logrado ante el equipo (y en su campo) que mejor ha jugado al fútbol en los últimos años (y para mi y siempre después de mi atleti, el mejor de la historia) y así poco a poco se vino arriba y tal como el cholo pedía a sus jugadores fue levantando la barbilla, sintiendo el orgullo de lo que somos y lo que hacemos.
No debemos olvidarlo, somos los CAMPEONES DE LIGA, de para mi la liga más difícil de conseguir de las 10 que tenemos por las diferencias económicas y la insoportable presión mediática.
Se acabó compañeros, el dolor se fue, comienza una nueva temporada y debemos mostrarnos orgullosos y altivos con aquellos que pretenden ningunearnos (nunca con el resto), es hora de afilar los tomahawks y danzar alrededor del fuego, mañana volvemos a la batalla que tenemos que acabar en Berlín.
"Nunca llevé con más orgullo nuestra bandera que cuando no la quería nadie"