Independientemente del carisma y liderazgo innato de cada jugador, lo que dificulta la labor del capitán es que el braczalete pase de mano en mano cada año. koke lleva unos escasos meses de capitán. Unos meses de especial dificultad además, con un equipo en reconstrucción, después de la desbandada masiva del año pasado. Mucho que coser después de que dos canteranos a los que se presuponía el atleticismo, y nuestra megastrella a la que le dieron las llaves del cortijo, nos dejaran tirados de la peor manera. Si además el club se carga, en bloque, a 3 de nuestros cuatro defensas titulares y experimentados, ya le ponemos la guinda al pastel amargo de la actual capitanía. Es demasiado pronto para juzgar su labor, y hay mucho que aquí no se ve, no todo pasa en el campo. Lo mismo más que malo, resulta que Koke es un extraordinario capitán.