De Gea era y creo que aún le queda, todo un "sobrao". De los que miraba al balón que le habían tirado y no se movía por que creía que iba fuera...rozando el poste; vamos que ni moverse; lo sacaba con la vista; algún gol le costó y a pesar de lo ridículo que quedaba, lo seguía haciendo. Tenía todo para ser un fenómeno, menos ese carácter. Y luego se cruzó con su mediática pareja y hasta cantaba en el autobús del equipo. Total, que montaron el número y se piraron. Si no cambió, por algo no ha llegado a donde parecía (por sus cualidades) que iba. Lo tenía todo, hasta exceso de confianza y humildad.
El fútbol es un sentimiento que se lleva muy adentro...y se concreta en el Atlético de Madrid.