"Año tras año asistimos a la trayectoria parabólica del equipo, que alcanza su punto álgido a principio de la segunda vuelta y las pasa canutas para hacer algo digno a final de temporada. Hemos visto decenas de entrenadores diferentes, cientos de jugadores (algunos indignos de ganarse la vida con este deporte) y montañas de partidos previsibles. Año tras año se repite el disgusto, año tras año reconocemos en el cielo de la boca el áspero sabor del fracaso. Año tras año cambian los jugadores, cambian los entrenadores y cambian los directores técnicos. Cambian también los aficionados, que ven como los más veteranos no aguantan más y se borran de la pantomima, asqueados de ser cómplices de un envenenamiento. Cambian las costumbres del equipo, cambia su carácter y su composición hasta el punto de no quedar ya ni un solo jugador de Madrid en sus filas. Desde hace años ha cambiado la equipación, el nombre del Villa de Madrid (que ya no existe) y el objetivo de la entidad, que ya no es conseguir logros deportivos sino convertirse en una marca comercial de referencia. Cambia el espíritu de la afición, ahora mansa y ciegamente creyente en el fatal destino del atlético perdedor, ignorante de su furioso pasado, resignada a torrentes y chistecitos y anuales anuncios lacrimógenos. Ha cambiado el posicionamiento del Club, antes comprador de estrellas y ahora vendedor de todo lo que se pueda. Ha cambiado hasta el patrimonio de la entidad, que ya no tiene estadio ni estrella de la casa ni el orgullo de un club que antes hubiera montado en cólera si se hablara de los equipos grandes sin contarle entre ellos. Todo ha cambiado, todo, salvo aquello que ha forzado todos y cada uno de los cambios. Hagan cuentas, actúen por eliminación y les quedarán dos nombres: Enrique Cerezo y Miguel Ángel Gil Marín, máximos dirigentes (que no justos propietarios) y por tanto máximos responsables de que ya no sepamos ni quiénes somos. Sigamos cambiando cosas, sigamos buscando culpables en torno al núcleo del problema y seguiremos llevando de la mano al club de nuestros amores al matadero deportivo que cada vez se ve más nítido."
Como siempre de chapó el Sr. Fuentes. No se puede definir mejor la situación del equipo conocido anteriormente como Atleti en menos palabras.