El Atlético de Madrid, uniéndose a Real Madrid y Barcelona en el
inaceptable reparto de los derechos de televisión que estos propugnan,
ha renunciado a competir con ellos y ha renunciado, por tanto, a la
posibilidad de ganar alguna Liga más que acompañe a las nueve que ya
tenemos. Así de triste y así de incomprensible.
En todas las
grandes ligas europeas (Inglaterra, Italia, Alemania, Francia...), la
proporción de ingresos por derechos de televisión entre el que más cobra
y el que menos cobra es, como mucho, de 2 a 1. Real Madrid y Barça
pretenden mantener un modelo parecido al actual en donde la proporción
es de más de seis a uno. Lógico y comprensible que ellos defiendan sus
intereses, pero ¿qué gana el Atlético de Madrid con esto? ¿Cómo podemos
aceptar que nuestros ingresos sean más de tres veces inferiores a los de
ellos? ¿Por qué hemos aceptado esa migaja? No nos olvidemos, por otro
lado, de que si todos los equipos se oponen a mantener el actual status
quo, Madrid y Barça tendrían que negociar otro reparto.
La
explicación del club, con la que yo obviamente no estoy de acuerdo, es
que manteniendo un modelo similar al actual nos garantizamos mantener
una diferencia de ingresos, con respecto al grupo siguiente de clubes
(salvo el Valencia que estaría igualado con nosotros). Pero, en primer
lugar, esa diferencia, que es muy pequeña comparada con la que hay entre
nosotros y los dos de arriba, no nos ha garantizado nada en el pasado
porque ¿cuántas veces hemos quedado terceros en las últimas ocho
temporadas? Ninguna. Sólo un par de raquíticos cuartos puestos.
Y
la explicación es muy sencilla: un equipo con un presupuesto para la
primera plantilla de 60 millones de euros al año, bien gestionado
deportivamente, puede competir perfectamente con otro que tenga 80
millones de euros de presupuesto. Y a las pruebas me remito. Lo que es
imposible es competir en una competición larga como la Liga con equipos
que tienen presupuestos para sus plantillas de 200 o 250 millones de
euros.
Volvamos a situarnos. Históricamente, otros equipos
distintos de Madrid y Barcelona ganábamos de dos a cuatro ligas de cada
diez. Aparecíamos nosotros, el Valencia, el Sevilla, el Athletic, la
Real Sociedad, el Depor Las últimas seis ligas las han ganado el Barça o
el Madrid y, de continuar en el futuro esa brutal diferencia de
ingresos, las próximas veinte también las ganarán ellos. ¿Esa es la
competición que queremos?
Ahora puede parecer muy atractiva la
bipolarización de la competición entre los dos gigantes, pero cuando
dentro de unos años sólo haya dos partidos en todo el año que levanten
expectación, ¿seguirá siendo interesante? ¿Podrán los operadores de
televisión, sea quien sea el propietario de los derechos después de que
venzan los actuales contratos, rentabilizar su inversión? ¿Podrán los
medios de comunicación mantener sus tiradas, sus audiencias, sus
ingresos publicitarios, con una competición tan adulterada y tan lejos
de lo que ha sido la Liga española históricamente?
Evidentemente,
no. En lo que a mi concierne, como atlético, miembro del consejo de
administración del Atlético de Madrid y tercer accionista, lo que me
preocupa es por qué el Atlético de Madrid, en vez de ser el club que
lidere el cambio del actual status quo, hemos sido los primeros palmeros
del Madrid y Barça.
Quedan tres temporadas hasta que venzan los
actuales contratos y yo espero que Miguel Ángel Gil como Enrique Cerezo
reflexionen, analicen estos hechos y den un giro de 180 grados a la
postura que actualmente mantenemos porque, de lo contrario, habremos
renunciado a nuestra historia y a nuestra grandeza.
Fernando García Abasolo. Consejero y tercer máximo accionista del Atlético de Madrid.
http://www.as.com/futbol/articulo/atleti-renunciar-historia/20101226dasdaiftb_11/Tes