Tal cómo está montado el fútbol moderno, que haya jugado un par de temporadas en el Madrid, es una anécdota. Hoy los clubes son empresas en las que por desgracia los sentimientos hace tiempo que se han dejado a un lado.
Por muy hijo de un jugador madidista que sea, no se puede olvidar que pasó diez años en el Valencia, por lo que al menos deportivamente le debe tener algo de cariño a este club.
Luego está el tema mediático tan importante hoy en el fútbol moderno. Es sabido que entre la prensa madridista, en especial en el Grupo PRISA, goza de buena crítica. Pero esta buena prensa, parece que no cala en los aficionados. Será por su estilo, su forma de ser, pero en Valencia iba cuarto y la gente no lo tragaba. El famoso lema de "Quique vete ya" caló mucho entre los aficionados.
Luego como entrenador, da la sensación de que su trabajo no destaca como el de otros. Será por su estilo defensivo, por su sistema innegociable o por que es resultadista, pero es de ese tipo de entrenadores a los que se le aguanta muy poco.
Lo que es obvio es que mejora a Abel, pero coge a una plantilla pésima que no ha diseñado, y a un equipo sin rumbo.
Y lo que es más grave un club de locos y chorizos que hacen cualquier cosa para seguir chupando.