EEl batacazo de Tesalónica no ha hecho mella en el
Atlético, que sigue desatado y de luna de miel con los aficionados, los
mismos que por estas fechas hace un año pedían la cabeza de los
gestores. Buena parte de la culpa la tiene Tiago Mendes (Viana do
Castelo, Portugal; 29 años), al que el Juventus este verano aceptó ceder
otra vez a la escuadra del Manzanares, a regañadientes después de meses
de interminables negociaciones. "Desde lo que sentí en la final de Copa
contra el Sevilla tenía que regresar sí o sí. Nunca había visto a un
equipo perdedor salir como campeón de un estadio, por eso nuestro deber
es honrar a esta afición y hacer mucho más de lo que hicimos la
temporada pasada", cuenta mientras aguarda la cita ante el Barcelona.
Pregunta. Mourinho le reclutó para dar forma
al Chelsea, en Lyon se atiborró de ganar títulos... ¿Qué tiene el
Atlético para insistir tanto en su regreso?
Respuesta.
Porque eso era lo que quería, después de los seis meses que me pasé aquí
no pensaba en otro sitio. Y siento que puedo contribuir a hacer grande
de verdad a este equipo, a reconstruirlo para que los títulos lleguen
con regularidad. Por eso me quedé con la casa, los coches... Lo tenía
todo preparado. Ha sido difícil, pero también sabía que la Juve
no podía dejarme allí, aunque quizás no debería haber dicho tantas veces
que me quería venir; en Italia pensaron que no me importaba nada, que
iba por libre, que me iba a declarar en rebeldía. Y no puede ser, seguro
que prolongó las negociaciones... Me hubiera gustado venir antes
(suspira), así habría estado bien para la Supercopa de Europa, que no
jugué porque tenía unos dolores terribles en las piernas, consecuencia
de la inactividad. Todo este tiempo me entrené solo en Turín, y por más
que hagas se nota. El grupo lo hacía por la mañana y yo, sin balón, sin
nadie, por la tarde. Solo corría, y no es igual trabajar con balón y con
el grupo a hacerlo en solitario. No era yo, el fútbol es otra cosa: la
pelota, los compañeros, hablar... Entrenarte solo es muy triste.
P. ¿Cómo pasaba las horas?
R.
Me reconfortaba la confianza de Quique Flores. Le respeto porque va de
frente, tiene mucha personalidad y eso es muy importante para un
entrenador. La honestidad. Decir lo que tiene que decir. Lo que piensa.
Después puedes estar bien o puedes estar mal, pero sabes lo que está
pensando. Y puedes hablarlo. Eso es fundamental en un grupo, conocer lo
que quieren de ti. ¡En los dos años y medio que estuve en Turín no sabía
lo que querían de mí! Por eso Quique me ha dado mucha confianza, como
todos en esta casa... Habrá quien no lo crea, pero me he enamorado del
Atlético. En el Lyon, donde practiqué mi mejor fútbol, o el Chelsea
claro que los aficionados animaban. ¿Cómo no iban a hacerlo si ganábamos
casi siempre? Es en los momentos difíciles cuando se ve a la hinchada
que se tiene. Y la del Atlético es indescriptible.
P. ¿Cómo percibe al Barça, después de dos resultados tan extremos?
R.
¡Uff! Muy fuerte, como demostró en la goleada al Panathinaikos. Los
pobres pagaron los platos rotos de la derrota con el Hércules, que fue
una verdadera sorpresa. Lo primero que hice es enviarle un sms a
Trezeguet, para que me contara, porque tuvieron mucho mérito. Fue un
toque de atención, como el que nos llevamos nosotros mismos en Grecia,
así que lo planteo como un partido trepidante. Este negocio es el que
es, y el Barcelona es un rival terrible, por más que le ganásemos la
temporada pasada. ¡Solo lo hicimos nosotros, nadie más en la Liga! Esa
victoria la pongo casi a la altura de los títulos que se han conseguido,
de la Liga Europa y de la Supercopa al Inter. Nos reafirma en la idea
de que tenemos el potencial para no ser flor de un día. Aunque enfrente
tengamos al equipo modelo a seguir por todos los amantes del fútbol.
P. Si pudiera elegir, ¿con quién se quedaría?
R. No
soy de ídolos, pero con Guardiola. Lo hacía todo muy simple, parecía
que no hacía y nada ¡y vaya! Recuerdo ver sus partidos con mi padre, que
me recalcaba: "¡Mira cómo no cierra la boca, cómo habla con el árbitro y
sus compañeros, eso es un centrocampista, un líder!". Se nota su mano
en el Barça. Tic tac, tic tac, no pierden el balón, y así es mucho más
fácil. Corres menos y te diviertes más. Pero salvo ellos no siempre se
puede jugar bien... Aunque eso no quita que siempre se deba ganar, aun
jugando mal.
P. El ejemplo más reciente lo tenemos contra el Aris.
R.
Es algo en lo que tenemos que mejorar, para empezar sin rompernos como
una sandía por la mitad. En los partidos de UEFA del curso pasado
estuvimos increíbles. Todos muy bien, muy cerrados. Así, sí. Puedes
ganar. Y lo más importante: sabes que si no juegas bien el rival no te
puede hacer mucho daño.
P. En el club hay muchas expectativas en torno a Agüero, de que sea el año de su explosión definitiva. ¿Llegará a la cita?
R.
Esperemos, tiene una claridad impresionante y para mí, tendría que ser
decisivo en todos los partidos, le falta un poco de eso, de querer
ser... No sé si tiene esa noción de que debe ser decisivo en todos los
partidos. Ahí está de ejemplo Forlán. Sabe lo que tiene que hacer. Es
más viejo que el Kun y sabe la responsabilidad que tiene. Es muy
inteligente. Cuando no está bien lo sabe, y trabaja todavía más. Puede
no tocar dos balones pero está siempre trabajando defensivamente. El Kun
podría aprender más de él en ese aspecto, de su cabeza. Debe ser un
referente. Aunque solo juegue media parte.