http://es.eurosport.yahoo.com/futbol/ruben-uria/article/14061/ Dfrias ya lo había posteado en el post del medios, pero lo pongo en este hilo.
Las Mentiras del Gilifato
dom sep 05 19:27
Dicen que una mentira repetida mil veces llega a convertirse en verdad.
Exactamente eso ocurre con el Atlético de Madrid, que antes de Jesús
Gil era un club histórico y que hoy es una sociedad anónima histérica.
Con la complicidad de unos medios de comunicación, el silencio de otros y
el apoyo pesebrero de la mayoría, el modelo Giles y Cerezo sigue
campando a sus anchas. Hoy parece que a nadie le importa conocer cómo se
produjo el genocidio del tercer grande de España, donde las tropelías
cometidas por el clan gilista y sus satélites fueron atroces. Tal es el
desinterés sobre lo que le hicieron al Atleti, que existen generaciones
de atléticos, los más jóvenes, que desconocen cómo se fraguó la
apropiación indebida del club. Un delito ya prescrito pero que fue, es y
sigue siendo el mayor escándalo de la historia del fútbol europeo. Al
grano: Para entender y asimilar cómo es posible que unos señores se
apropiaran de un club de fútbol sin poner del dinero, baste con rescatar
algunos fragmentos de la historia. Extraños aliados del mundo de las
finanzas, la prensa y la política, contribuyeron a aupar a Gil padre
para usar el Atlético como un trampolín para su fama y negocios
privados. La piedra angular del Gilifato fue servirse del club
colchonero para explotar "la mina de oro del Manzanares", a través de un
holding de empresas. La familia Gil y Cerezo contaron con la
inestimable ayuda de poderosos y extraños compañeros de viaje, los
cuales asintieron con la cabeza, en su papel de cómplices, mientras el
modelo Giles y Cerezos repetía, una y mil veces, una gran mentira. A
fuerza de repetir sus mentiras, el pueblo se las creyó y las asumió como
verdades absolutas y universales. Pero hemeroteca al canto, papeles y
sentencias en mano, las mentiras de los Gil tienen las patas muy cortas.
El mayor escándalo de la historia de nuestro fútbol se basó en una
maraña de patrañas, donde la versión gilista-periodística decía una cosa
y la realidad, los tribunales y las cuentas bancarias, decían otra cosa
bien diferente.
Primer mentia, el fichaje de Futre.
Gil padre siempre alardeó de que había conseguido el fichaje de Paolo
Futre con su dinero. Rotundamente falso. Gil viajó a Oporto con un par
de abogados, con Rubén Cano y el agente Roberto Dale, para convencer al
presidente del Oporto. Tras horas de regateo, se fichó a Futre por unos
415 millones de pesetas más 100 para el jugador, casa y coche. Se le
presentó a bombo y platillo, en la discoteca Jácara de Madrid. Esa
operación relámpago fue crucial para que Gil llegara a la presidencia y
derrotara en las elecciones a Sánchez de León. Gil sacó pecho y declaró
que Futre era suyo, pero el contrato suscrito no decía eso. Más bien,
decía lo contrario: "...El Club Atlético de Madrid se compromete a pagar
415 millones de pesetas por el fichaje de Paolo Dos Santos Futre...".
El primer pago era de 115 millones. Y el segundo, de 300, a través de
unas letras de cambio. Es decir, que el dinero que costó Futre lo
pagaron los socios del club y no Gil, el cual sólo se puso de garante en
caso de que la LFP no diera validez al fichaje. Por cierto, algunas
fuentes cuentan que aquel traspaso, valorado en 415 millones, llegó a
figurar en algunos informes del club como una operación de 589, un
precio más inflado del original, tal y como recoge Juan Luis Galiacho en
una investigación periodística.
La segunda gran mentira: "Si no estás con Gil, no eres atlético".
Después de las elecciones, ganador y presidente, Jesús Gil llegó a
dirigirse al entonces gerente atlético y según el libro "El gran
comediante", le dijo: "Guardad bien las urnas, porque en este club ya nunca volverá a haber unas elecciones". Dicho
y hecho. Gil se las apañó para bloquear a Sánchez de León, el doctor
Ibáñez (clave en el gilismo) y al hijo de Vicente Calderón. Este grupeto
interpuso una demanda en el Juzgado de primera instancia nº 7 de
Madrid, impugnando los acuerdos sociales adoptados por Gil por la
fuerza. El juzgado falló contra Gil y declaró la nulidad de las
decisiones del constructor. Después de recurrir esa sentencia en la
Audiencia Provincial, Gil volvió a perder y la Justicia dio la razón a
la oposición colchonera. Como no quería perder el club ni someterse a
unas elecciones cada cuatro años, el de Burgo de Osma ganó tiempo y
removió Roma con Santiago para paralizar un posible relevo en la
presidencia del Manzanares. Gil decía que quien no estuviera con él no
era un buen atlético, pero la Justicia decía que todas y cada una de las
deciciones que él había tomado en asambleas ordinarias y
extraordinarias eran nulas. Se se encargó de transformar el club en SAD
en 1992 y dos años más tarde, en 1994, Sánchez de León, Calderón junior y
demás decidieron no ejecutar la sentencia contra Gil, dando manos
libres al gilismo. De haber ejecutado esa sentencia, de la Sala I del
Tribunal Supremo, el Atlético no habría caído en las garras del
Gilifato.
La tercera mentira, "aquí nadie pone el dinero, sólo Gil".
La mayor falsedad del gilismo quedó con el culo al aire por una
sentencia del Tribunal Supremo, tan esclarecedora como terrorífica,
donde se probó que Gil y Cerezo se habían apropiado indebidamente del
club sin poner una sóla peseta. Con el designio ya expuesto de hacerse
con la totalidad del Club, Jesús Gil, en colaboración con Enrique
Cerezo, hizo que el Atlético de Madrid le fuera reconociendo deudas no
reflejadas en la contabilidad del Club, otorgándose escrituras
notariales. Gil se pasó por el forro el proceso de elecciones y huyó
hacia adelante, con la transformación de los clubes de fútbol en
sociedades anónimas deportivas. Para tal efecto, había que poner el
dinero. El 30 de junio de 1992 Enrique Cerezo depositó 650.255.200
ptas., procedentes del anticipo del préstamo, en la cuenta 465085-001.
Esos ingresos no tenían otra finalidad que APARENTAR EL DESEMBOLSO, para
inmediatamente ser reintegrados. Luego Gil dirigió una carta al Banco
de Vitoria, expresando que, habiéndose procedido en aquella fecha a
firmar Escritura de la cesión de la totalidad de los derechos de
transferencia de los jugadores profesionales de la plantilla del Club,
rogaba se sirviesen transferir a la cuenta corriente abierta a su nombre
en la sucursal la cantidad de 1.300.000.000 ptas. De esta manera Jesús
Gil llegaba a ser propietario del 95% de las acciones, SIN HABER HECHO
GIL O CEREZO LA APORTACION EFECTIVA DE 1.300 millones de pesetas por un
lado y de 650 "kilos" por otro, correspondientes a tal desembolso. Ellos
decían que ponían el dinero, pero nunca lo pusieron.
La cuarta mentira, el precio de las acciones.
El 17 de Noviembre de 1992, Enrique Cerezo, que no tenía acción alguna
del Atlético de Madrid, suscribió con Jesús Gil un contrato por el que
este último vendía al primero, por veinte millones de pesetas, 23.507
acciones que representan el 9,46% del capital, lo que arroja un precio
por acción de 850.- ptas, mientras que los 3.174 socios que sí
desembolsaron el importe de las acciones que compraron abonaron por cada
acción, cinco meses antes, ocho mil trescientas pesetas (8.400.-ptas).
Así reza en la página número 11 de la sentencia del TS a respecto,
firmada por Luis-Román Puerta Luis, Joaquín Giménez García, Julián
Sánchez Melgar, Francisco Monterde Ferrer y Diego Ramos Gancedo, jueces
del Tribunal Supremo.
Es decir, que Gil no fichó a Futre con su
dinero, sino con el del Atlético; que se pasó por el forro el proceso
electoral y se benefició de la inacción de sus opositores, a los cuales
la Justicia había dado la razón; que convirtió el club en una SAD sin
poner un sólo euro mientras se llenaba la boca de decir que se jugaba su
patrimonio; y que vendía acciones a precio de oro a los socios,
mientras se las regalaba a Cerezo a precio de chatarra; hizo que el
Atlético le reconociera deudas no reflejadas en contabilidad, aparentó
un desembolso nunca hecho y junto a Cerezo, se hizo el dueño del club
SIN HABER PUESTO EL DINERO, mientras que el resto de socios minoritarios
SI LO PUSIERON. Como el delito ya ha prescrito, resulta que todavía
existen generaciones de atléticos que jamás han podido desentrañar las
grandes mentiras del gilismo. Hoy son muchos los que se rasgan las
vestiduras sobre las irregularidades presuntamente cometidas por Ramón Calderón o Joan Laporta
y se dan palmaditas en la espalda por sus trabajos de investigación. Me
pregunto cómo es posible que esos mismos callen sobre el escándalo del
Atlético. Me pregunto cómo se hace para ignorar la verdad del Tribunal
Supremo para seguir comprando las mentiras de unos señores condenados
por apropiación indebida, por mucho que el delito haya prescrito. Y
sobre todo, me pregunto cómo pueden tener el cuajo de decir que quieren
al Atlético de Madrid. Lo quieren tanto que se hicieron con él sin poner
ni una sola peseta, mientras que los que sí que lo quieren se dejaban
sus ahorros para salvarlo. Hay amores que matan. Y el Atleti, como el amor, es ciego. Pero los vecinos, no.
Posdata:
Muchos atléticos me dicen que es una "lástima que estos artículos no
tengan repercusión en medios más importantes y relevantes". Estoy harto
de eso. EUROSPORT es un medio importante, una referencia europea y
mundial, donde la LIBERTAD prima sobre todas las cosas, y donde los
intereses bastardos no consiguen que los periodistas pierdan primero su
honestidad y después el puesto de trabajo. Eso, sin duda, se merece un
reconocimiento y un apoyo. Allá quien quiera quejarse de los que
publican otros medios y los siga comprando convirténdolos en referencia.
Desde EUROSPORT apostamos por contar las cosas como son. Como
periodista, a pesar de ser uno entre un millón y no tener ni fuerza ni
poder, mi obligación es contar la verdad. Y si tanto desean que esto
tenga relevancia, los lectores tienen en su mano conseguir que EUROSPORT
sea su medio de referencia y su audiencia sea la mayor posible, lo
tienen fácil. Hagan que EUROSPORT sea su MEDIO y su MENSAJE. una vez más, GRACIAS.