Ayer dio un curso de desmarques y regates en el área, por si quedaba duda de que no tiene regate. Además hizo otros dos, definiendo bien, por si quedaba duda de que no tiene gol o remate. Es cierto que la defensa lusa era para no creerlo. Hace mucho que no veo defender tan mal, pero ni al Aleti de sus mejores tardes. Parecía que se hubieran juntado 4 amigotes y se hubieran puesto a ensayar una línea adelantada para echarse unas risas. Y me sorprendio que el tal Machado, que en Portugal tiene mucho cartel de viejo profesor, algo así como lo que aquí podría ser un Irureta o un Arsenio de su época, no mandara cambiar el dibujo después del penalty porque era de libro. ¿Cómo se puede tirar una línea de cuatro a hacer el fuera de juego a tres cuartos, a veinte o treinta metros de su portero, con los laterales anclados, dos centrales lentos y sin ninguna presión a la línea de pase teniendo en frente a tres jugadores rápidos y de desmarque como Salvio, Adrián y Reyes y tres pasadores campando a sus anchas por detrás de ellos y dos laterales como puñales? Hay cosas en fútbol profesional que no entiendo y que nunca entenderé. Y el tal Machado estuvo impasible viendo durante 90 minutos como rompían su línea hasta tres veces en la misma jugada. Había 5 líneas de pase constantemente abiertas, tres por el centro intercambiables y dos por las bandas, tanto para pases verticales como diagonales. Todavía no salgo de mi asombro. De hecho creo que estuvimos hasta muy imprecisos porque pudo ser una carnicería de las que hacen época.
Volviendo a Adrián, además los regates fueron siempre inteligentes, no de cara a la galería. Hay dos lances en dos jugadas parecidas que le definen. En una entra por el vértice izquierdo del área lusa y va dejando atrás hasta 4 rivales en menos de 10 metros (si lo hace la rata, que también puede hacerlo, hubiéramos sacado pañuelos) y finalmente le hacen un claro penalty. En este caso antes de iniciar la jugada, levanta la cabeza, mira y ve que no hay opción de pase y lo intenta, y además lo hace con criterio. Luego hay otra jugada similar, incluso más clara, en el vértice derecho del área, sólo tiene que encarar a un defensa, pero simplemente le recorta para dejarle pasar, levanta la cabeza, en el área hay dos opciones de pase, pero espera, ve que viene un centrocampista de segunda línea, pero muy de segunda línea, y aun teniendo dos compañeros en el área, que es la tentación en la que caen casi todos los futbolistas, prefiere dar el pase atás para el disparo porque es un pase mucho más claro, mucho más limpio e igual de peligroso. Dos maneras muy distintas de resolver la misma jugada, simplemente por levantar la cabeza, esperar, analizar posibilidades y elegir la mejor.
Al margen hizo dos o tres internadas hasta el primer palo entrando por banda con servicio al corazón del área pequeña de mucho nivel. En tres cuartos no se complica, para, aguanta, toca a la mejor opción, se asocia, le da igual con quien y corre con su cabeza agachada buscando el desmarque.
Tenía confianza ciega en su fichaje pero debo reconocer que me está sorprendiendo todavía para mejor, para mucho mejor, porque lee el fútbol mejor incluso de lo que pensaba que lo hacía. Luego le enfoca la cámara en un plano corto y no puedo evitar sonreírme siempre, porque tiene cara de tipo noble, de personaje de peli española de entorno rural de postguerra. No sólo me gusta como juega, es que me cae bien el tipo. Y es un jugador de equipo espectacular, porque sobre todo es solidario y generoso. No busca su lucimiento personal, ni hacer una sociedad fija con nadie, busca la mejor jugada posible en cada momento. Le puede salir o no, puede meterla o no, pero cuanta inteligencia despliega de forma honesta. En este fútbol actual de los egos me parece que esa honestidad con el juego colectivo es un pequeño oasis en el desierto.