-fernando-:
Me extraña en Chinasky esa corrección política (seguramente achacable a una pasajera pereza) de afirmar que las mujeres "no participaban en la creación artística porque no las dejaban". ¿Acaso les privaron del papel y la pluma? Se ha escrito en cárceles, en manicomios, en trincheras, en el lecho de muerte y ahora resulta que el ser humano que ha disfrutado de mayor cantidad de momentos de intimidad no escribía, ni pintaba ni componía música porque no le dejaban. Las mujeres no escribían porque no tenían tema. En cuanto lo tuvieron, escribieron. Se trata, como he dicho, de un tema de enorme importancia, de un hallazgo: el sentimiento como medio de conocimiento del hombre. Y a las mujeres (y a todos) ese tema se lo da el Romanticismo. Entonces, sí, escriben oponiéndose a la sociedad imperante, escriben con nombres de varón, escriben en mitad de la locura como Virginia Woolf, en el exilio y hasta en el infierno, como Ana Frank, Marina Tsvetáyeva y tantas otras.
Y ahora, por favor, ¿hay en la sala algún otro conservador que me defienda de la acusación de involucionista por añorar el griego y el latín? O mejor, algún progresista convencido. A los conservadores de corazón los progresistas convencidos nos tratan con enorme indulgencia. Nos deben su superioridad moral.
Jajaja. La risa es por la última frase. No se te tacha de involucionista por defender el griego y el latín, de hecho no me parece una mala cosa que defender. De hecho ni siquiera, al menos yo, te he tachado de involucionista, simplemente he dicho que lo que pides es involucionismo, que no quiere decir que seas involucionista, lo ignoro, (aunque tú prefieres definirte como conservador de corazón porl o que veo), aunque los postulados que defiendes lo son, son involucionistas. Pero no es por añorar el griego y el latín por lo que lo digo, es por la añoranza que destilan tus palabras hacia el pasado y hacía, no cualquier época, pero sí algunas épocas pasadas fueron mejores, mucho mejores. Al menos así lo interpreto yo. Tampoco me considero un progresista convencido, de hecho en cierta forma detesto el progresismo, sobre todo en su vertiente "progre". Tampoco detesto a los conservadores de corazón, sólo a los recalcitrantes, a los que se anclan a un pasado imposible y en muchos casos perjudicial para el hombre. Y desde luego no tengo ninguna superiodidad moral (aunque te juro que la frase me ha hecho mucha gracia, de la buena, de la de pasar un buen rato, ya la había escuchado pero te ha quedado de lo más digna). Y no interpretes indulgencia en mis palabras, para nada. Sí te diré que en lugar de indulgencia hay respeto, un enorme respeto, que creo que te consta. Jamás mantendría una pose de indulgencia con alguien a quien respeto, no me parecería digno, sobre todo por mi parte. No la mantengo con mis enemigos, a los que respeto hasta incluso cuando les tengo derrotados en el suelo, jamás con un amigo. En general detesto la indulgencia. Amor, respeto, odio, desprecio absoluto, pero nunca indulgencia.
En cuanto a la defensa de la idea de que a las mujeres no las dejaron entrar, lo mantengo y no creo que sea una postura políticamente correcta. Pero más que el hecho de que las dejaran entrar o no, mantienes que en cuanto el sentimiento entra en juego es cuando escriben como locas, en las cárceles, en los manicomios y donde sea. Claro, cuando escriben, escriben donde sea, pero además de escribir, votan, participan de la vida social, de la vida política, comienzan a trabajar a cambio de una remuneración cada vez más justa y equiparable a la de los hombres, no como lo habían hecho hasta entonces, puesto que trabajar, siempre habían trabajado, como borricas (no todo eran cortesanas que se limitaban a mirar flores y ver cuadros en las paredes de la corte, que es el cuadro que pintas, la gran mayoría luchaba simplemente por susistir).
Lo de "no tenían tema" a mí me parece un recurso muy facilón pues olvidas todos los demás elementos de la ecuación. Hasta la revolución industrial, la primera, la de las primeras fábricas y talleres automatizados (que ahí dan el paso pero en un modo bastante esclavizado aún), la mujer tenía tres papeles posibles según su clase social.
La gran mayoría, susistir, luchar para no moritr de hambre, tener hijos, muchos, porque se morían muchos de ellos, y trabajar para cuidar de todos. ¿Ésas iban a escribir? ¿Cómo? No tenían ninguna cultura, ningún acceso a la misma y suficiente tenían con sobrevivir. Ése era el gran porcentaje, el gran grupo de mujeres. Luego estaban las cortesanas, con sus distintos rangos, desde sirvientas a "señoras". Las primeras sirven, las segundas viven de "sus hombres". Éstas últimas son las que podrían escribir, tenían el acceso a la cultura y la posibilidad y el tiempo para hacerlo pero socialmente no podían, salvo juegos florales y cosas propias de su sexo y condición, la sociedad y el entorno masculino jamás se lo permitiría. Esa labor estaba reservada para los hombres. Alguna hay que lo hizo bajo seudónimo y a escondidas, pese a todo. La tercera clase son las místicas, arrojadas, generalmente, o voluntarias en algún caso, a una vida mística absolutamente cerrada. De entre ésas (ya es un grupo muy reducido), algunas escriben y tienen tema, ese tema que parecen no tener, y que es el único que realmente conocen y sienten (ya sienten entonces), la mística y Dios. Aún así, su imaginación vuela, algo que también niegas que pueda ocurrir si de literatura se trata, y escriben sobre ideas que rozan lo pornográfico desde su encierro. Si eso no es imaginación... Lo de Santa Teresa no es misticismo, son orgamos.
Así que sí, sigo pensando que escriben cuando pueden, como votan cuando pueden y se les toma en cuenta socialmente cuando pueden y el hombre las deja. Y no es una postura políticamente correcta, es una realidad y negarla es negar la historia y la evidencia. Y no me estoy en plan paridad ni ley de igualdad, porque no creo en ese tipo de cosa y me parecen patochadas y excusas baratas de progres autoreprimidos. Sólo creo en que hay personas válidas, sea cual sea su condición, género, raza, etc. y me da igual que un momento dado haya dos mujeres o cuarenta entre las válidas pero que hasta bien empezado el siglo XX no tienen acceso a poder hacer muchas cosas que estaban restringidas al hámbito masculino es una realidad innegable, y terminado el siglo XX ahí seguimos, también porque en muchos casos hay muchas de ellas que siguen interesadas en que así sea.
En cuanto a la literatura y el sentimiento, creo que es imposible escribir sin sentir, así que por lo tanto infiero (aunque pueda resultar paradójimo axiomatizar sobre sentimientos), que la literatura siempre ha estado impregnada de sentimiento. Que los sentimientos cambian, correcto. Que el siglo XIX y XX aportan nuevos sentimientos, correcto. Que las mujeres tienen una forma distinta de entenderlos, correcto, entre comillas, simpre hay excepciones, pero sí, aportan una nueva visión al medio.