Algo que me llama la atención del Cholo y que prueba que este señor es de verdad, auténtico, corazón y raza, son sus rostros durante los partidos. La realización nos permite verlo a cámara lenta cuando el equipo falla alguna ocasión o se produce algún lance crucial, cuando hemos lanzando al poste o salvado un balón a punto de superar los tres palos. Esas caras del Cholo, apretando los dientes, frunciendo el ceño, mirando al cielo, dándose la vuelta y lamentándose, son las mismas que, en circunstancias idénticas, puedo ver en cualquiera de mis familiares cuando estamos viendo un partido, y que supongo se verán en mí cuando sufro por el Atleti.
Igual parece una gilipollez, pero las caras del Cholo no son de entrenador o de profesional preocupado por el resultado, son de aficionado, de hincha, del que tiene sentimientos y espíritu puestos sobre la cancha.