Hola Sres.
Pues yo, como diría Marsellus Wallace en Pulp Fiction, tampoco estoy bien. Estoy a mil jodidas millas de encontrarme bien. Fue una gran p_utada, y para nada me consuelan las adulaciones de los ciervos zarrapastrosos y esos medios de comunicación nauseabundos que les secundan.
Decía Groucho Marx que "es mejor permanecer callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente". Durante este infausto fin de semana, más de un ciervo ha disipado cualquier duda sobre su condición de tontaina.
Vi el partido en compañía familiar, con personas muy aficionadas como mi padre, quien ya vivió este drama cuarenta años atrás y otras a las que el fútbol ni les va ni les viene, como mi sra. esposa, madre y hermanas. Aunque no lo crean, ver el fútbol con gente no aficionada también tiene su punto. Muchas veces de sus bocas salen reflexiones interesantes que dan que pensar, y para eso la que es única es mi madre.
Mi madre viendo un partido de fútbol es un espectáculo. Recuerdo que una vez le cedí el abono por encontrarme de vacaciones, así que acompañó a mi padre al campo por aquello de que no fuera solo. Cuando la llamé para ver que tal estaban me dijo que el Atleti estaba jugando muy bien, pero cuando me interesé por el resultado tuvo que preguntar a los de al lado. Ya ni os cuento cuando le pregunté quien había marcado.
Pues bien, andábamos todos enfrascados en el partido y mi madre mientras mirando cualquier cosa menos el televisor. Que si mira que te han quedado bien las cortinas, que el marco de tal foto yo lo cambiaría, etc. En eso que marcó el portugués montando el numerito que montó y mi madre soltó: "El único que parece un equipo de fútbol es el vuestro, con jugadores normales y celebraciones normales".
Efectivamente, la grandeza de este equipo ha sido la de llegar donde ha llegado siendo un equipo de fútbol, especie que hoy por hoy, se encuentra más amenazada que el lince ibérico de Doñana, entre constelaciones de estrellas, presuntos jugadores llamados a suceder a Chuck Norris en los anuncios de teletienda y competiciones con himnos corales en las que lo último que prima es precisamente el fútbol.
Mucho de lo que rodea el fútbol actual es empachoso y lamentable, pero entre tikis-takas, gorritos y demás mariconaditas se han colado los nuestros comandados por el Cholo para poner las cosas en su sitio. Esta temporada hemos ganado algo más que un título de liga. No solo hemos recuperado nuestra gloria sino que además hemos ganado el respeto y la admiración de gente (entre ellos muchos chavales jóvenes) que se identifican con el estilo que el Cholo ha sabido imprimirle al equipo, y eso es muy importante de cara al futuro.
Hoy estamos muy jodidos por lo del sábado, pero no debemos olvidar que este equipo ha resucitado gracias al Cholo, y que a pesar de los golfos, el futuro es prometedor.