Hay quien pregunta -alguno incluso hasta un punto "picado", quizá por sentirse aludido- quiénes son los "comepipas". Bueno, he de decir en primer lugar que cuando era socio y abonado del Atleti (circunstancia que acabó apenas el "gilismo" asaltó el Club) yo, siendo un crío, acudía al Calderón para ocupar mi asiento en Preferencia. Una fortuna (simplemente porque acudía de la mano de mi buen padre) y una pena (porque a los ojos de aquel niño, el Fondo Sur era una especie de paraíso inalcanzable, lleno de colores rojiblancos, de emoción, de intensidad). No había contaminación política en casi ningún grupo de hinchas en aquellos tiempos del tardofranquismo (este entretenimiento actual de romperse la crisma entre "fachas" y "rojos" es criatura de la democracia), salvo tímidas expresiones en peñas radicales de equipos de regiones centrífugas, y nada de nada en aquella magnífica y apasionada hinchada que admiraba en cada partido, con envidia sana, animar a muerte allá en el Fondo Sur. Hubo un periodo en el que se bautizó la portería sur como "la de los goles", y el equipo solía -cuando el sorteo de campo le beneficiaba- elegir jugar hacia ella las segundas partes.
Era muy diferente el ambiente donde nosotros estábamos, rodeados de asépticas e impecables personas con atléticas insignias de oro y brillantes en solapa y, obviamente, de corbata. Por cierto, jamás se la puso mi padre, porque consideraba una magna horterada vestirse formalmente para ir al fútbol, él que había pasado su juventud en la mítica Gradona del Metropolitano, mientras mi abuelo, eso sí, veía los partidos en zonas "patricias". Una vez le pregunté: "papá, ¿por qué no vamos allí, al Fondo, donde está esa gente tan simpática, que canta todo el partido, con tantas banderas?" Él sonrió y me dijo: "cuando seas mayor podrás ir, si quieres; pero yo ya prefiero ver el fútbol sentado y tranquilo". En consecuencia, si la condición de "compepipas" tuviera que ver con la localización del asiento en el estadio, yo sería uno de ellos. Pero no. No lo soy.
Yo he visto a los "piperos" o "comepipas" increpar el palco cuando lo presidía don Vicente Calderón, los he visto después alabar sin ambages al abyecto Cabeza, los he visto ignorar sin llanto la muerte de aquél, los he visto inmediatamente después votar y recibir con ramos de olivo al ladrón de Burgo de Osma y apoyarle a muerte mientras hablaban maravillas de él, los he visto permanecer impasibles ante la usurpación giliana y el expolio del club, los he visto criticar a muerte a Señales, porque según ellos ponemos bastones en las ruedas del "proyecto de futuro [cualquiera que sea] del club", los he visto desear el traslado a la Peineta, los he visto crucificar a jugadores históricos (léase Kiko, quien solamente se ha convertido en merdento desde que pulula por las televisiones, léase Rulo, etc.) mientras se les hacía el culete agua con Juradines (¿verdad, "entremessses"?), Reyes , etc. Y se da el caso de que los he visto, hace pocos días, increpar al Fondo Sur cuando un apoyo (o simplemente silencio, en el peor de los casos) hacia quienes nada tenían que ver con la batalla campal del río hubiera evitado la fractura que ahora sufre el equipo en sus carnes. Y en su línea de estulticia suprema hoy -durante la presentación de Torres- han silbado al Fondo Sur cuando encendieron bengalas o cantaron... jodidos imbéciles, una ocasión propicia en la que poder cerrar heridas y volver a reunir voluntades, y se la cargan... y eran los mismos gilipollas que han pedido al Niño que se besara el escudo (como si tuviera que demostrar algo en ese aspecto), malditos adictos a la telebasura, ASco, MARCAca, CHIRINGonzas, etc, etc.
Y hay algún insensato que aduce que "yo estuve allí, allá, acullá" para justificar su credencial y cartilla de "peregrino atlético", como si la presencia bastara, sin esencia ni contenido, para conceder patente de hiper-hincha del Atleti a nadie, sobre todo cuando pretende vender como "tifo" lo que escucharon sus orejitas el sábado, ejemplo según él de apoyo extraordinario al equipo. Es lo que pasa cuando uno se queda en los ruidos que vienen de sí mismo: un eructo es trueno; un pedo, terremoto; un grito, azote que parte el cielo en dos. Pero la realidad, apenas a dos metros de distancia, es otra.
¿Qué preferís? ¿Que en vez de "comepipas" los llame borregada, populacho, morralla, chusma, turba, gentuza? Elegid, no tengo problema. Pero con atléticos de esa calaña yo no voy (tampoco el equipo, me temo) ni a la vuelta de la esquina.
Respeto a los que no están de acuerdo conmigo, faltaría más, pero si alguno de vosotros estábais entre los que silbaban al Fondo Sur -y me temo que alguno sí-, sabedlo: el que lo haya hecho contará con mi más absoluto desprecio como lacra, comepipas, pipero, borrego, morralla, o lo que decida como epíteto dentro de la categoría, y no tengo duda que será mucho más pernicioso para el Atleti de cualquier Frente Atlético que haya existido, exista o pueda existir. Porque por encima de cualquier otra cosa, no habrá entendido una bendita palabra de lo que va esto.
Con mis más cordiales saludos.