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Re: Atlético de Madrid - Barcelona
rossobianco:
rossobianco: Con todo, el planteamiento dogmático de medir el grado de "atleticismo" en función del "antimadridismo" que uno profese es una absoluta gilipollez se mire por donde se mire.
kikogol II: Lo cual es un planteamiento de ida y vuelta, ya que muchos han adoptado el argumento de los fuleros de que si eres antimadrista no puedes ser atlético o por lo menos debe primar un sentimiento por encima del otro.
Caray, no me digas... ¿que los fuleros dicen que no se puede ser atlético siendo antimadridista? Primera noticia... Más bien pensaba que opinaban lo contrario. Es cierto que ya hace muchos años que no estoy en Madrid y no sé lo que se fuman ahora en Concha Espina, pero ¿estás seguro de lo que afirmas? Por otra parte, yo separaría ambas cuestiones (atleticismo y antimadridismo), que además pueden ser compatibles a no ser que entren en conflicto. Si un supuesto atlético desea nuestra derrota por joder a los vikingos está claro que no lo es. Es simplemente un pobre antimadridista, parecido, salvando las distancias, al integrista (huy, qué repugnantemente light me ha quedado el eufemismo... me refiero al *** moro asesino que odia todo lo que no huela a su sobaquina) que desearía ver muerta a su hija antes de casada con un "infiel". Pido disculpas por la barbaridad de la alegoría, pero sirva para ilustrar cómo el ser humano es capaz de cualquier atrocidad cuando se deja dominar por las bajas pasiones.
rossobianco: Ya escribí una vez que por desgracia me hice (o hicieron) radicalmente antimadridista hace ya muchos años. Malditos sean los ciervos responsables de ello, porque no me siento en absoluto orgulloso de serlo. Con orgullo se enarbolan banderas, no se queman. Además, sé que odiándoles les estoy concediendo una importancia que no merecen. Ojalá fuera lo suficientemente sabio para ignorar su existencia o incluso tratarles con una cortés indiferencia. He conocido quien así sentía y no obstante podía dar lecciones de amor a nuestros colores a cualquiera de nosotros. En consecuencia, que no me venga nadie a imponer la premisa sine qua non de antimadridista militante para ser un atlético como es debido, porque le mando a la mierda y aquí paz y después gloria.
kikogol II: A mi nadie me hizo nada, o por lo menos no lo recuerdo, he sido siempre atlético y por tanto antimadridista por lo que entiendo que tendré que echar la culpa al destino o la providencia por no hacerlo a mi padre que es el primer atlético que conocí. Eso si, mi antimadridismo se ha visto reforzado a base de hechos. Lo que no te compro es lo de la sabiduría, si fueramos sabios no uniríamos nuestros anhelos y desvelos a un club de futbol que en este caso es una SAD sobre la que no tenemos ningún tipo de influencia o decisión y nos limitariamos a disfrutar del futbol viendo los partidos que mayor y mejor espectáculo nos ofrecieran. Yo también he conocido gente de esa, gente que, aún siendo simpatizante de algún club, disfruta de un buen espectáculo venga de donge venga. Incluso te he de decir que si encuentro un ápice de sabiduría en mi es en el sentido de que tengo muy concentradas mis filias y mis fobias, amo al Aleti y odio al Mandril, nada mas, lo cual me permite ver el Bayern-Barsa de ayer o el Fiorentina-Sevilla de mañana con alguna simpatía pero sin ningun condicionante que me impida disfrutar del espectáculo.
Buscar sabiduría en el futbol es como buscar honestidad en nuestro palco.
SALUDOS.
Evidentemente no me has entendido, o quizá te estás enrocando para dilatar un discurso que no tiene más recorrido, cosa que de vez en cuando gustas de hacer. Por mí va bien, porque como sabes siempre estoy encantado en departir contigo.
Vayamos al asunto.
Podría responderte con la manida frase de Pascal, "el corazón tiene razones que la razón no comprende". Y es que este deporte, vivido con la intensidad del hincha, no es otra cosa que sentimiento. Y éste podrá estimarse como positivo o negativo, pero nunca como sabio o necio. Dices que "si fuéramos sabios no uniríamos nuestros anhelos y desvelos a un club de futbol". Me parece totalmente improcedente, repito, valorar los sentimientos desde un punto de vista asépticamente racional. Por lo que a mí respecta, me entusiasma sentir mi fanatismo atlético. No sé si es inteligente o no, y no entro a juzgarlo porque es imposible. Lo que me consta es su influencia enriquecedora en mi persona, porque me ha permitido conocer personas magníficas, entre las que te encuentras, y además supone un estímulo constante en el idealismo que ha guiado mi vida desde que tuve uso de razón.
Porque puedo sufrir mil lunes de zozobra tras un mal resultado del Atleti para verlos compensados de sobra con la satisfacción del más modesto de nuestros últimos triunfos. Eso es algo que el vikingo no comprenderá jamás. Y ni mil títulos que - ojalá - ganemos me harán cambiar de perspectiva. Sé que en esto me entiendes perfectamente, porque aplaudí y apoyé tu intervención en el hilo de la semifinal en el Cuerna, cuando con cajas destempladas mandaste a paseo al sector del Foro que empezaba a mostrar los primeros síntomas del éxito mal digerido, a aquellos que en definitiva empezaban a mostrar las formas del más burdo vikinguismo en cuanto a la especulación resultadista.
El fútbol, si se vive como sentimiento, desata pasiones, altas y bajas. La sabiduría consiste en saber encauzar unas y otras. Y no digo reprimirlas: el juicioso sabrá estimular las primeras y contener las segundas. Entre los que tenían tal virtud he conocido modélicos atléticos (o atletistas, como se decía un tiempo) quienes aparentemente no sentían el menor odio por el vecino de blanco, una gran rivalidad sí, pero al mismo tiempo un desdén elegantísimo desde la indiferencia, lo que irritaba sobremanera a los merengones porque eran inmunes a sus chanzas y provocaciones, y terminaban por respetarlos inmensamente. Fueron - y son - grandes caballeros a los que siempre he admirado. Mi buen padre, que Dios bendiga, era así. Para mi desgracia, no me parezco a ellos. Al menos de momento, porque si Dios quiere aún me deberían quedar bastantes años por vivir y así intentar acercarme a aquellos modelos. El sosiego, en cuanto a potencia contenida, es virtud característica de los espíritus nobles y muelle que los carga para la batalla.
Pero ya he empezado a divagar. Te pido disculpas y corto el discurso.
Con un abrazo.
Y yo, después de leer esto ¿qué digo?. Mi padre era mucho de decir eso de: "jugamos como caballeros, o como lo que somos...". Y no le gustaba que fuera a ver al Trampas, pero en días como hoy....no puede por menos que sonreir. La Juve es menos equipo que nosotros, y ya veis, jugando a lo mismo, pero con un poquito de polvora arriba y verticalidad....¿quién es el de la foto?
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