Buenas
No se muy bien cual será el Nirvana, pero más o menos debe ser este estado de plenitud que me acompaña desde el miércoles…tal es así, que no da para un post, y diseminaré mi gozo por diferentes hilos según me salga de ahí mismo.
Como bien vaticinó Chinasky, sobraron entradas, fuimos todos, y entramos todos. No muchos, pero había asientos vacíos en nuestro fondo y en todo el estadio. Que yo ví más rojiblanco que otra cosa. Con el punto de la salida de vestuarios al césped bajo nosotros que apuntan por aquí, lo cual fue una ventaja creo.
Nuestro viaje, que no eramos 2 que eramos 6, empezó el 7 vía Berlín, que también tiene al oso en su escudo de rojiblancos colores. Y allí nos quedamos colgados por Ryanair el 10, así que carretera y manta, bus nocturno a Varsovia. Día de visitas y otro tanto a Riga, donde ya se descansó un poco con playa incluida en Jutmala. Nuevo bus a Tallín, y más presagios. Bajarse del bus y pintada de un ciervo, no un reno, un ciervo enorme. He de decir, que cerramos viajes y alojamientos antes de la final de Lyon. O sea que se ha podido soportar económicamente, disfrazado todo de vacaciones. Y si nos indemniza la aviación, a lo mismo acabamos siguiendo al atleti a USA, que me temo que el cambio de escudo nos americaniza más que un Trump.
El partido no pudo empezar mejor, más que por el gol, por como se produce, porque les estalla nuestro “9” en su área de forma violentísima, y siguió demoliendo su defensa hasta que le cambiaron, por reservarle imagino para otras lides.
Si en el campo goleamos, en la grada también, salvo diez minutinos de coger aliento, no paramos. Personalmente, me pasé el partido gritando RAAAAMOSSS….HIJJJJJO DE PUUUUUTA. En la confianza que le llegase al impune ignorante tramposo que es. Todos los del segundo anfiteatro del Le.Coq debieron acabar hartos de mi. Pero lo siento, pensé que ese era mi papel en la final, y siempre que no se cantaba, se lo gritaba todo lo que me dio la voz, que no fue poco.
No perdí la fe en ningún momento, y más cuando entró Correita. Y cuando escuché que Koke y Saúl no estaban, zasca.
Sobre los nuevos. A Lemar le cambió Dios a la banda derecha al arrancar, supongo que para cortarle las alas y que aprenda a correr en defensa, estando aseado, pero perdiendo toda su verticalidad y no pudiendo tampoco parar mucho. Sólo tiene una pierna, y tiene un reverso muy parecido al de Correita, con el que competirá por el 10, o le acompañará, porque uno ya es un tormento, dos una tormenta. No es Turam, y también opino que le queda mucha mili, pero mejora con mucho a Gaitán, y en lo colectivo a Carrasco.
Donde si mejoramos es en el 5. El Rodri no concede una, o por lo menos eso es lo que me quedó, mucha precisión en la pierna derecha con la que desplaza la bola a donde mejor se debe. Siempre con ventaja. Se mostró discreto al sumarse arriba, y no es un 6, para los que le pidan la subida explosiva de Gabi. Ese rol debiera asumirlo quizás Koke, aunque lleva otra retranca, y que toma todos los galones. En la tele no se vería, pero estuvo departiendo con Dios un buen rato al acabar, supongo de como había evolucionado el partido. Osea, tenemos 5, tenemos 9, quizás podamos mejorar con el 2 y el 10. Más Thomas, más Vitolo, y el croata nuevo. Hay equipo, pero hay que ser cautos, sobre todo con el Barcelona que gana mucho con Vidal
De los de siempre, sensacional la Pirámide del Faraón, con Savic y Oblak imperiales. Centros blanditos que sacábamos fácil, salvo la chorra de ver a Bale, todo el partido con los brazos en jarra muestra de su pésimo estado de forma, dar un melonazo con su diestra para que le llegué a otro ánima. Y le hicimos el lazito al partido, con otro Saulazo, y ya van muchos. Un 8, que por mi supera ya a, por ejemplo, el mejor Schuster del Barsa. Las bandas parecieron flojas, pero el Trampas acumuló mucha gente allí para intentar llevarse el envite. Nos tiraron tres veces, pero ver a Oblak atrás es como pensar que van a violar a la abuela.
Dios, y San Germán, le dieron un repaso de aupa al “Desmayos”, que no se si se va a comer el turrón, por desgracia. Y los convocados con España: Koke, Saúl y Costa; evidenciaron porque La Roja ha muerto, y así seguirá mientras alineen a madridistas imberbes que no han empatado con nadie. La esperanza española fue la risa de la Final.