Perdón pero, al hilo de lo anterior, rebuscando, me he encontrado un artículo que no tiene desperdicio. Su autor es "Rafael Halcón" y fue publicado en "Estrella Digital", el 20 de julio de 2.007. Como es muy largo, lo divido:
"El Pelotazo Urbanístico del Estadio Calderón" (I Parte)
"La noticia del posible derribo y la recalificación de los terrenos del estadio Calderón del Atlético de Madrid, hecha pública ayer en el diario El País de manera sospechosamente “neutral y beatífica”, y en la que estarían directamente implicados el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, anuncia un debate político y mediático de envergadura porque huele que apesta a “superpelotazo” de la construcción, en un terreno que, previamente, ha sido reordenado por la ciclópea y espectacular obra de la M-30, revalorizando ostentosamente una recalificación que va a beneficiar, esencialmente, a la familia de Jesús Gil, propietaria de más del 50% del Atlético de Madrid, y al empresario y presidente del club, Enrique Cerezo (persona próxima a Esperanza y segundo accionista del Atlético), así como a otros empresarios de la construcción como Fernando Martín, que además tiene otros intereses urbanísticos (mucho suelo, se dice) en la Comunidad de Madrid.
Y a no perder de vista a posibles intermediarios de renombre, entre los que, al parecer, figuran los nombres de Fernando Fernández Tapias (Fefé) y Lalo Azcona (amigos de Gallardón), y próximos a otro de los promotores del grupo Andria, Marc Rich, como el de Pedro Pérez (se dice que ahora asesorando a Martinsa), y veremos si también Pedro Antonio Martín Marín, los dos notorios amigotes del vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. Persona que seguramente ha tenido algo que ver, desde el Gobierno de la Comunidad, con la llamada “operación Alcorcón” sobre la ciudad deportiva del Atlético de Madrid y sus terrenos adyacentes, donde también han merodeado los hoy propietarios del Atlético.
Los últimos de la fila, que se van a quedar a dos velas, perdiendo el emblemático estadio, serán los socios e hinchas del Atlético de Madrid, los vecinos de la capital de España —que perderían también sus derechos sobre el estadio de la Peineta— y todos esos miles de madrileños que no van a beneficiarse de esa operación con 1.000 viviendas protegidas, como debe ser el caso si se aprobara el objetivo de las 1.600 que ahora pregonan los promotores, como haciéndonos a todos un favor.
Cuando lo normal es que siga ahí el estadio, que Gil y Cerezo devuelvan el control del club —que están hundiendo, en deudas y malos resultados— a los socios, y que una vez que estos malos y sospechosos gestores abandonen la entidad, se replantee, si llega el caso, semejante operación que huele a gran pelotazo nacional.
Operación en nada comparable a la recalificación que en su día se hizo de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, porque allí, para empezar, los que resultaron beneficiados fueron los socios y la afición del club, y no como ocurre con el Atlético de Madrid, en el que el gran beneficiario del pelotazo será la familia de del desaparecido Jesús Gil, el primer responsable del gran escándalo de la mayor corrupción de España, el caso de Marbella y la “operación Malaya”. La familia de Jesús Gil, con Miguel Ángel Gil Marín a la cabeza, pilota la operación, después de haber ejercido él toda clase de presiones sobre el Ayuntamiento de Madrid —en el registro oficial de la Casa Consistorial entró, no hace mucho, una carta del tal Gil Marín en tonos conminatorios y sospechosos, para intentar acelerar la recalificación antes de las pasadas elecciones municipales, un riesgo que el alcalde Gallardón no quiso correr—.
Y que ahora debería volver a calibrar en vísperas de las elecciones generales, de ahí la seria preocupación que, sobre este tema, invade a la dirección del Partido Popular —como lo ha sabido ESTRELLA DIGITAL de fuentes solventes—, donde se temen un cartel del PSOE y de IU donde se diga, sin reparos y con razón: “El PP le regala el gran pelotazo del Calderón a la familia de Jesús Gil”. Lo que, unido a las últimas denuncias de Miguel Sebastián —que fueron por el camino soez de la vida personal del alcalde y se convirtieron en bumerán contra el denunciador—, ahora sería munición suficiente para calentar el debate sobre la corrupción en campaña electoral.
(...) Nosotros, que somos de Gárate, despreciamos el modelo actual de sociedad anónima deportiva basado única y exclusivamente en criterios mercantiles y cortoplacistas, en sacar el máximo rendimiento de lo que se tiene aunque esto se haga en claro menoscabo de la identidad del club, y de la afición, y del proyecto deportivo (...) "Nosotros, que somos de Gárate" - Carlos Fuentes - El Rojo y el Blanco