Mal partido de España, resuelto por los pelos y con mucho sufrimiento, pero resuelto, que es lo que al final cuenta, salvo muy raras excepciones: ¿quién se acuerda de cómo ganó sus dos últimos Mundiales Italia, Alemania el del 90, Argentina el del 78 o...?
Pero las cosas como son. La presión de Paraguay nos ha puesto contra las cuerdas, hasta que se les fue vaciando el depósito a ellos y nosotros racionalizamos nuestra alineación. Han conseguido, los sudamericanos, cortocircuitar a España; ninguno de sus canales de juego funcionaba. Extrema la dificultad para sacar el balón desde atrás; imposibilidad de llegar Xavi e Iniesta a la zona de tres cuartos; y las diagonales de Villa cerradas por los apoyos defensivos; sólo habilitada la banda derecha, y allí solito Ramos, que ha sido incapaz de irse o de centrar con tino una sola vez. Por contra, peligroso contragolpes de ellos, que nos pillaban en igualdad o, incluso, superioridad numérica; amén de su superioridad en el juego aéreo.
Providencial el penalty parado por Casillas, que, de haber siddo gol, hubiera significado, casi seguro, nuestra eliminación. Por cierto, en la jugada que originó el córner que, a su vez, originó el penalty, me dio la impresión de que Casillas se durmió, dejando salir por la línea de puerta un balón al que podía haber llegado perfectamente. A ver si se entona, que lo necesitamos, porque está como un flan -véase, con el 1-0 ya, su mal blocaje en una pelota frontal clara, ha producido un rechace de casi gol, que ha salvado él con su salida-.
El cambio clave yo creo que ha sido el segundo, porque Cesc está mal y nada ha aportado. La salida de Pedro ha aportado un futbolista dinámico, con salida por fuera y por dentro, ha permitido a Xavi ocupar su zona y a Iniesta la suya. Eso, unido a que los paraguayos estaban ya maduros, ha sido decisivo para poder ganar.
Sobre Xavi Alonso, quiero decir que es un buen jugador, pero que con la gente que tiene España a su lado y por delante es más un estorbo, que condiciona, para mal, todo el sistema de juego. Pero eso es tabú para los medios, ciegos de madridismo (o, alternativamente, de barcelonismo, que casi es igual). El pagano de todo es lógico que sea Torres, por su condición de ex rojiblanco, y por tanto neutro ante el duopolio nacional.
Villa debe llevar consigo el talismán del gol. Todos los rechaces le caen, esté donde esté. Véanse si no sus dos últimos goles. Pero que conste que me alegro, que no lo digo, pues, con ánimo crítico, sino como pura constatación de un hecho.
Y el árbitro. Horrendo. Además de malo, acojonado. La campaña paraguaya le hizo mucho daño. Les ha permitido, a los sudamericanos, dar estopa a destajo. El penalty en nuestra contra, claro y bien pitado. Pero luego se ha acojonado con elde Villa. Mas, como tenía mala conciencia, ordena una lamentable repetición (en todos los penaltys hasta ahora lanzados ha entrado gente en el área antes de lanzarlos), y encima se come, porque le debía parecer excesivo, el que hace Villar en el rechace, que ha sido como un castillo. No me extraña que sea Villar, el nuestro, el que preside el Comité de Árbitros de la FIFA. Se nota su mano. ¡Ah!, y el gol anulado a Paraguay, bien anulado: Valdez no está en offside, pero si Cortizo, que no sólo va a jugar el balón, sino que, además, lo peina levmente, como se ve en la repetición a cámara lenta.
A ver en semis. Un alivio la baja de Müller. La de Puyol, ya veremos cómo influye. El bravo catalán está muy flojo, sin velocidad, pero Marchena no me inspira tampoco mucha confianza, ha jugado poco en el último tramo de Liga y no sé si estará muy acoplado con sus compañeros de línea.