Mis sentimientos hacia la selección española, salvando aquel año de Luis contra la ponzoña madridista, siempre han fluctuado entre la indiferencia y el desprecio más profundo. Bueno, creo que en esta ocasión voy a estar más cerca de lo último. Me produce auténtica repulsión levantar un poco la cabeza, sin prestar mucha atención, tampoco, y escuchar a los mismos palmeros y retrasados que practican el onanismo diario de prometer un atleti desmantelado y desarmado, con una sonrisa babosa en los labios, cantando las excelencias de su equipo nacional, que como siempre todos tenemos que apoyar, que es el grupo de todos. Los cojones. Ah, y que hagamos un buen papel en defensa, así Ramos puede aspirar al balón de oro. Me voy a cagar en su *** madre, de verdad. Que pandilla de perturbados, dementes, hipócritas, prostitutas y mentirosos.
¡Vamos, todos con España, chicos! A mí me podéis llamar enfermo, pero puedo enorgullecerme de no haber animado jamás a un alineación en la que figuraba gentuza del trampa$. La única vez, en pos de un bien superior, que era la humillación de un cornudo de clase suprema, cornudo de estancias aéreas, como quien dice. Yo veo una pelota cerca de Ramos o Casillas y lo mejor que puedo desear es que controlen mal y se tuerzan un tobillo. Lo mejor, eh, lo peor no lo digo.
Mi deseo para este Mundial: España fuera en primera ronda, jugadores del trampa$ con lesiones graves, a ser posible de las que terminan en retirada del fútbol, entre llantos y después de recuperaciones frustradas y recaídas constantes, y los del atleti destacando lo menos posible, así nos dan menos el coñazo con ese erial que es la arcadia madridista, el de un atleti que ni se presenta a los partidos el año que viene, porque no tiene jugadores.
Vikingos NO, aunque sean dos o tres. Para mí eso ya es número suficiente para contaminar cualquier equipo.