José
Antonio Reyes (Utrera, Sevilla; 26 años) es el nuevo ídolo del
Atlético. Cuesta creer que la olla del Calderón, que no ha parado de
abuchearle desde de su presentación hace dos veranos, jalease desfogada
su actuación en el empate con el Chelsea. Esta noche espera marcarle un
gol al Madrid para terminar de reconciliarse con la grada. "Gané con
ellos una Liga, pero si marco lo celebraré con todas mis fuerzas. Tengo
una espinita clavada", dice el extremo.
Pregunta. Las vueltas que da la vida.
Respuesta. ¡Madre
mía, me lo va a decir a mí! Después de haber aguantado tantas críticas,
tantos insultos de la grada, demasiados diría yo... Me emocioné mucho
cuando el Calderón me ovacionó contra el Chelsea. Fue mi mejor partido
de rojiblanco. Espero haber dejado atrás los pitos de la afición. Eran
muy duros.
P. No lo parecía. Le han abucheado toda la temporada y no perdía la sonrisa. Su actitud desconcierta a mucha gente.
R.
Ni la he perdido ni la perderé. No tengo motivos para hacerlo. ¿Sabe
por qué? Porque tengo salud, tengo a mi familia bien. No puedo perder
la alegría en la vida. Yo tenía mucha confianza en mí. Sabía que, en
cuanto el mister me diera la oportunidad, iba a cambiar los
gritos y los insultos por los aplausos. Era el objetivo que me había
planteado, me lo recordaba todos los días uno de los tatuajes que
llevo: "No importa cuántas veces me caiga sino las que me levante".
P. También le habrá ayudado el cambio de Abel Resino por Quique Flores.
R.
Lo ha agradecido todo el grupo. Al final no había apenas comunicación,
sólo se comunicaba con los capitanes y ya está. Se notaba demasiado
quién era titular y quién suplente. Ya sé que tenemos muy buenos
jugadores en banda, Maxi, Simão... Pero nadie tiene el puesto asegurado.
P. Quique ya decía en el Benfica que le podía encauzar por el buen camino, pero que su tendencia era ser irregular.
R.
Con los años he madurado muchísimo. No puedo decir que antes no
estuviese bien, pero no había madurado lo suficiente para estar en un
equipo importante. Ahora tengo 26 años y todo lo que ha pasado me ha
hecho pensar. Cuando estás fuera te das cuenta de todo lo que has
tenido y de todo lo que has perdido. Pero estoy capacitado para darle
la vuelta a la situación.
P. Y eso que el Atlético intentó venderle en verano sin éxito.
R.
Hace unos meses todo indicaba que me quedaría en el Benfica porque,
decían, querían comprar mis derechos. Todo hacía pensar eso, pero la
vida da muchos giros. No puedo desaprovechar esta segunda oportunidad.
P. Su fama le precede. ¿Con usted no vale la política del palo y la zanahoria?
R.
Soy como soy, en Lisboa sentía que no había madurado lo suficiente. Le
debo mucho al Atlético. Apostaron por mí en su momento y no estuve a la
altura. Lo reconozco. No tengo vergüenza en reconocerlo. Estoy en deuda
con ellos.
P. ¿Qué le pide Quique?
R. Jugamos
más compactos, pero al final todo es más sencillo de lo que parece.
Cada técnico, ya sea Arsène Wenger o Javier Aguirre, te pide lo mismo:
que des el 100%. Es el único modo de convencerles, no hay otra.
P.
¿Por qué no se adaptó a una ciudad tan cosmopolita como Londres? A
Wenger casi le rompió el corazón, intentó pulirle pero no hubo forma.
R.
Londres es una ciudad muy bonita para jugar al fútbol, una Liga
impresionante, pero el clima era lo que más me jodía. Hacía demasiado
frío, pero bueno, también era muy joven cuando me llegó la fama. Pero
oye, como mi caso hay mil así que no puedo justificarme. El fútbol
lleva este ritmo, es así. He tenido la fortuna de debutar con 16 años
en Primera, con 18 años irme a Inglaterra, a uno de los grandes de la Premier... Y luego al Real Madrid, al Atlético. ¿Qué más puedo pedir? Estoy de vuelta.
P. ¿Está más centrado o entusiasmado?
R. Estoy
más centrado que otras veces. Yo mismo me doy cuenta. Sé cuando estoy
enchufado y cuando no, y este año no es que esté centrado, es que estoy
muy centrado.
P. No me negará que les viene bien la ausencia de Cristiano Ronaldo para el derby.
R.
Cualquiera del Madrid te puede meter el miedo en el cuerpo. Están
Higuaín, Raúl... No te puedes fiar de él, coincidió en el primer equipo
con Quique Flores y desde entonces no ha hecho más que ganar. Menuda
pieza. Pero hay que ganar. Llevamos diez años sin conseguirlo en
nuestro estadio. Las estadísticas, como las ideas que damos por seguras
muchas veces, están para romperlas. El Atlético puede y va a remontar.
Todos podemos cambiar. Yo soy el ejemplo.