A pesar de la victoria ante el Zaragoza, la grada no ha hecho las paces con el jiennense. Cuando el equipo ganaba por 2-0, los aficionados del Calderón coreaban el nombre del mito rojiblanco.Además, también se sucedieron los cánticos de "Manzano vete ya" en la ribera del Manzanares. Luis respeta el trabajo de su colega, pero le encantaría regresar a la que fue, es y será su casa: el Atlético.
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La gente del Atlético ha elevado a Luis Aragonés a la categoría de mito. Sus múltiples etapas en el equipo colchonero como futbolista y entrenador, con la guinda de su vuelta en Segunda División, llegando a rebajar su caché para ascender a su Atleti a Primera División tras dos añitos en el Infierno, han quedado grabadas a fuego en cuatro generaciones de atléticos, que se sintieron campeones de Europa con la Selección por la mera presencia de Luis Aragonés en el banquillo (y de Fernando Torres, ya en el Liverpool, en la delantera).
Resulta que el Atleti ganaba el domingo 2-0 al Zaragoza. El partido estaba controlado y en el minuto cinco de la segunda mitad se escuchó por primera vez corear el nombre de Luis Aragonés. Le cantaron hasta cuatro veces más. También gritaron a Simeone. Y a Quique Sánchez Flores, aunque con el nombre del predecesor de Gregorio Manzano hubo más silbidos que cánticos a favor. Desde su conflicto con Raúl, y el acoso mediático al que fue sometido, y tras su éxito con la Selección española se ha escuchado el nombre de Luis Aragonés en la grada del Calderón. Pero el esta temporada sólo le habían coreado en el partido ante el Celtic. Por eso, el pasado domingo sonó a petición. La grada del Calderón solicitó el regreso de Luis Aragonés. Y se pronunció con rotundidad con el "¡Manzano vete ya!" Además de atacar también a los dueños del club.
¿Y querría Luis regresar ahora al Atlético? Rotundamente sí. Con el máximo respeto a su colega Manzano, como ha respetado siempre a todos los entrenadores durante su exitosa y dilatada carrera, algo que no siempre han hecho con él, a Luis Aragonés le encantaría volver a entrenar al Atleti. En los últimos días ha recibido ofertas de clubes de China, de un par de selecciones y le han sondeado sobre su disponibilidad para entrenar al Villarreal o al Granada, pero el Atlético siempre ha sido su prioridad. Cuando dirigía al Mallorca puso una cláusula por la cual le dejarían salir si le llamaba la Selección y el Atlético. Y esas prioridades las mantiene intactas.
A Gregorio Manzano le salvó la victoria ante el Zaragoza. Una derrota, incluso un empate, habría provocado su destitución. Cualquier tropiezo le pondrá en el disparadero. En la zona noble del Calderón consideran que Luis Aragonés pondría en valor una de las mejores plantillas del Atlético de las últimas décadas. Recuperaría el mejor nivel de Reyes (hay malestar por cómo ha gerenciado Manzano este caso), un patrimonio del club que corre peligro de perderse para lo que resta de temporada.
Luis considera que la plantilla que tiene el Atlético debe meterse en Champions sí o sí. Y los atléticos, mayoritariamente, le ven como su única esperanza. Sólo hay otro mito que se puede cruzar en el camino de Luis en estos días. Y ya está en la casa. Se llama Milinko Pantic.
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