Pepu
Hernández (Madrid, 1958) ha regresado al Estudiantes, el club de casi
toda su vida. En él ha pasado 32 años dedicados al baloncesto: 16 como
entrenador de las categorías inferiores y otros 16 en la ACB, cinco
como segundo. Al frente del banquillo, logró una de las tres Copas del
Rey del club (2000) y un subcampeonato liguero (2004). Más de tres
décadas que interrumpió para ganar el primer oro mundial de España, en
Japón 2006, y la plata en el Europeo de Madrid 2007, así como para
dirigir al Joventut desde marzo de 2010 hasta el último curso.
Pregunta. ¿Cómo vive su vuelta al Estudiantes?
Respuesta.
Con ilusión. Tengo la sensación de que no me he ido nunca. Entré en el
Ramiro de Maeztu a los seis años por casualidad, no por el baloncesto.
Era el instituto en el que estudió mi padre y le pareció el mejor para
mí. Jugué hasta los 17, además de entrenar desde los 15. Son años que
te marcan. Para mí, el Estudiantes lo significa todo. Incluso he
pintado las rayas de las canchas de minibasket porque aquí hay que
hacer de todo. Hay una norma no escrita: "¿Por qué estás en el
Estudiantes? Porque te han entrenado". Es devolver lo que te han dado.
P. ¿Cuál es su proyecto?
R. Lograr
una tranquilidad que se traduzca en estabilidad deportiva y seguir
trabajando con la incorporación de jóvenes, siempre una de las notas
más identificativas del club. Ahora estoy en la máxima categoría, pero
sigo pensando como un entrenador de cantera. Es compatible buscar lo
máximo con seguir formando personas y jugadores. Necesitamos seguir
siendo ese equipo de patio de colegio, pero que, a la vez, vaya
creciendo.
P. ¿Hay parte de jugador frustrado en su carrera?
R. Sí,
no voy a engañarme. Me habría encantado tener un minuto en la máxima
categoría. Es algo que repito a mis jugadores: lo afortunados que son.
Tienen que entender ese privilegio porque hay muchos que se han quedado
fuera. No solo representan a la élite, sino a los que no han llegado.
P. ¿Da más orgullo entrenar a la gente con menos talento?
R.
Sin duda. Es una de las cosas que comento con entrenadores jóvenes.
Cuando tenemos dos jugadores muy destacados, a veces nos centramos
mucho en ellos. Pero creo que hay que centrarse en los otros 10, pues
ellos llegarán casi solos. Ahí puedes encontrarte con verdaderas
muestras de agradecimiento, que es algo muy difícil de ver, al menos en
el deporte. Los mayores "gracias" no los he recibido de los que han
llegado más alto.
P. ¿Se puede competir contra el Barcelona y el Madrid?
R. Todos
sabemos la facilidad que da un buen presupuesto. Pero estamos en el
deporte para conseguir superar nuestros límites. A mí me gusta partir
con el quinto presupuesto y ser segundos. Creo en el deporte.
P.
En la celebración del título mundial dijo: "Hay una palabra muy
importante para mí que ahora va a serlo para todo el mundo:
baloncesto". ¿Ha sido así?
R. Creo que el baloncesto es un
deporte consolidado y que ha colaborado de forma especial al resurgir
deportivo de España. Nuestros deportistas están representando algo más
que el propio triunfo. Están siendo embajadores de España en el
extranjero, con determinados valores, como Nadal o Gasol. Y no digo
nada de lo que ha sucedido con la selección de fútbol...
P. ¿Vive el baloncesto español por encima de sus posibilidades?
R. Sospecho
que sí. Pero me da la impresión de que es algo que ha pasado en muchos
sectores de nuestra sociedad, en los que no hemos consolidado lo que se
debería. En el baloncesto se podía haber hecho con los triunfos de la
selección, pero a veces no ha habido la infraestructura suficiente para
retener a los jóvenes que se han acercado a este deporte. Y hay que
tener en cuenta que también de la cantidad sale la calidad.
P. ¿Qué le parecen los cupos?
R.
No creo mucho en las imposiciones. Creo más en las convicciones, aunque
suene idealista. Me gustaría que más gente pensara como piensan el
Estudiantes y el Joventut respecto a la cantera.
P. Las selecciones inferiores [ayer la selección sub 16 ganó el bronce europeo] aseguran un gran futuro.
R. Yo
pondría en cuarentena ese "gran futuro". Lo habrá si esos jugadores
tienen las necesidades competitivas que precisan. Si todo es muy fácil
para ellos, puede que no les cueste lo que debería y no lograrán ser
los mejores. Y, si es todo muy difícil, no van a poder meter la cabeza.
P. ¿Es justo exigir el oro a España en el próximo Europeo?
R.
Es lo que hay. Es un peso que ahora mismo la selección siempre tenga
que ganar, pero es un peso agradable. Es una responsabilidad, pero es
mejor eso que ser un equipo mediocre.
P. ¿La llegada de jugadores de la NBA por el cierre patronal?
R.
Para los equipos puede ser un bombazo comercial, pero no me parece
serio que vengan por dos meses y se vayan. Ese no es el sistema que
queremos para el baloncesto europeo.
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