Bacharach: Una sóla palabra de Elfriede Jelinek, una cualquiera, al azar, encierra más verdad que las bibliografías enteras de doscientos autores de esa japonesía tan popular como mediocre. Cuestionar a la Jelinek, y no digamos ya emparentarla con absurdos folclóricos, demuestra que no se sabe de lo que se habla o que se habla de lo que se desconoce. O que uno se enfrenta a empresas para las que no ha sido adecuadamente preparado, que todo puede ser. Hay artes que no admiten la barrabasada. No, el tamaño de las franjas de ese cuadro de Rothko no es casual. Sí, el libro sexto de las historias de Mortadelo y Filemón puede ser extraordinario, pero no es La Montaña Mágica.
Te ha quedado muy sobrado, como suele ser habitual en ti, pues en ocasiones no opinas, sino que postulas y con Jelinek lo has hecho de manera sobrada. Lo mismo que dices de Jelinek se lo he escuchado decir a mucha gente de Joyce, cuando no han pasado de la página 10 del Ulises (gran peñazo, por cierto, por muy bien escrito que esté) y si lo han hecho ha sido para tirar el tiempo perdido (que eso sí que es literatura, posiblemente de las obras más grandes jamás escritas) en pasar las páginas que aún le quedaban del Ulises, (unas cuantas) por aquello del qué dirán.
Plantéatelo de otro modo, a lo mejor tú necesitas leer a Jelinek y cada palabra te parece verdad, pero otros en cambio a lo mejor no necestiamos esa verdad tan aparentemente incuestionable. A lo mejor no es que uno se enfrente a empresas para las que no ha sido adecuadamente preparado, a lo mejor es que sobrepasa empresas a las que no necesita acudir. A lo mejor hay gente que tiene una vida feliz y no necesita que todo le resulte agónico, que todo le duela o que al menos, y como mal menor, todo le moleste (y con esto no quiero decir que Jelinek produzca ese efecto, lo desconozco, a mi particularmente me produce aburrimiento, somnolencia, mal aliento y flato).
Evidentemente disfrutaba, ahora ya poco por repetitivos, con Mortadelo y Filemón, pero que no aprecie ni sienta con Jelinek lo que algunos dicen sentír o reconocer, no quiere decir que no sepa distinguir los personajes de Ibañez de la calidad de la obra de Mann, una obra mayor (aunque reconozco que hace ya una eternidad que la leí, casi del tirón, debo reconocerlo).
Ah!!!, perdona, que hay artes que no admiten la barrabasada... ¿podría usted definirnos qué debemos entender entionces por arte? Gracias. Aunque tampoco se esmere demasiado porque debemos entender cosas diferentes en ese sentido. A mí Rotko me puede parecer cualquier cosa, sobre todo una barrabasada, ya puedan tener las franjas el ancho que quieran tener para que unos cuantos gafas-pasta puedan decir: "Oh, increíble, esa línea azul tiene un grosor que expresa el desgarro del alma proviniente desde el propio interior del individuo". Paparruchas. Aunque si alguien lo siente así de veras, no por pose, lo respeto. Eso que se lleva de emoción que yo no. Todavía si me hubieras mentado a Klee, pero lo que pasa que la metáfora de la rayita no quedaría tan bien con el suizo. También te reconozco que el expresionismo abstracto me atrae más bien poco, como casi todo lo abstracto, y que mis conocimientos sobre arte son bastantes limitados en ese sentido, básicamente porque me interesa entre poco y nada.
Como burla exagerada no te ha quedado mal, igual que el ataque furibundo a Murakami. A lo mejor resulta que puede que sea una empresa para la que todo el mundo no esté preparado. Salvo que sea una simpre respuesta a la comparación con la gran gurú de la España transicional, Diosdado, (la verdad que la comparación no ha sido mía en origen y a Dios-dado pongo por testigo que jamás se me hubiera ocurrido compararles, pero es que en el fondo Suki no iba descaminado).
Más que Murakami me gusta el que el mismo Murakami considera maestro de la literatura japonesa contemporánea y su maestro, Soseki Natsume... ¿japonesía popular y mediocre también, o a éste le podemos dar una oportunidad? (Popular es mucho, desde luego, -algo que tampoco creo que sea malo o despectivo- y aunque sólo sea por su temática, lo de mediocre no lo tengo yo tan claro, más bien diría que al contrario).